Javi Sanmartín (Ferrol, 1998) es la gran apuesta de Abegondo en la captación de jóvenes este verano junto a Raúl Martiñán, que tuvo minutos en el Arosa en la Tercera a pesar de su condición de juvenil. Sanmartín llega a A Coruña para reforzar el centro del campo del Fabril, pero estos días se ha puesto a las órdenes de Fernando Vázquez y la falta de efectivos, su condición de sub 23 y su margen de crecimiento pueden acabar haciéndole un hueco entre los mayores.

El ferrolano deja su club, su casa, pero no es la primera vez que lo hace. Fue siempre un habitual de la selección gallega en sus divisiones inferiores, vivió una etapa en la cantera del Celta y ahora abandona A Malata con rumbo a A Coruña.

En Ferrol tuvo la pasada temporada minutos con cierta regularidad en Segunda B, la categoría a la que ahora se enfrenta el Deportivo. En su anterior equipo coincidió con una institución del fútbol gallego, como es el caso de Pablo Rey, ahora futbolista del Somozas, que ve en él un jugador diferente, sin techo adivinable. "Tiene una de las cualidades más importantes, que ya no la encuentras fácil hoy en día: tiene la cabeza bien amueblada. Es un profesional de los pies a la cabeza, que se cuida mucho fuera del campo, que sabe lo que quiere; por él no va a ser. Si todo va como tiene que ir, coge confianza y da su nivel, va a tirar para arriba seguro", manifiesta el ex jugador verde.

Pablo Rey tiene claras sus cualidades y sabe lo que puede aportar en un terreno de juego. Hasta se atreve a apostar por una ubicación para él: "Es un jugador con mucha fuerza, que abarca campo y que tiene llegada a portería; le pega muy bien al balón. En Ferrol las veces que le tocó participar lo hizo de interior y tanto en defensa como en ataque aportó mucho. Para mí es un mediocentro interior llegador. Se desenvuelve muy bien por toda la zona, tiene un físico privilegiado".

Javi Sanmartín destaca por su planta y, de hecho, a simple vista parece un delantero poderoso de los que fijan centrales y buscan los goles imponiéndose en el juego aéreo. Las cualidades que muestra en apariencia indican parte de las posiciones que ocupó en su formación, ahora un tanto olvidadas. "En los juveniles jugaba de delantero, pero yo lo veo más como un interior delante de un pivote con llegada. Tiene mucha presencia", cuenta Pablo Rey, que en parte se ve reflejado en él porque "es maduro y está pendiente de sus estudios".