Segundo amistoso de pretemporada y segunda victoria para el Deportivo, que ayer despachó con autoridad al Arzúa en Riazor sin demasiado despliegue. Le bastó con que Keko Gontán y Lara marcaran las diferencias frente a un conjunto de inferior categoría, que sirvió para calibrar el momento en el que se encuentran los blanquiazules.

A medida que prueba variantes diferentes, Fernando Vázquez saca conclusiones de cara al comienzo de la competición. Al fin y al cabo de eso van partidos como el de ayer por la tarde en Riazor: de foguearse, rodarse y de paso ir ganando confianza. De la visita del Arzúa puede extraerse que Keko Gontán podría ser una pieza fundamental en el proyecto si finalmente decide permanecer en A Coruña, que Juan Rodríguez todavía tiene recorrido por delante para encontrar un hueco en las alineaciones, que la pareja Mujaid-Borja Granero será fundamental para el buen funcionamiento defensivo y que la presencia de Borges en el centro del campo le da otro ritmo al equipo.

Todo son pistas que habrá que confirmar en cuanto arranque de manera oficial la competición dentro de dos semanas, pero la apuesta por el 4-4-2 clásico que está empleando Vázquez cambia en función de los centrocampistas elegidos. En el primer tiempo no estuvo Borges acompañando a Álex Bergantiños -el técnico escogió a Queijeiro, que realiza labores de meritorio sin que se haya aclarado su papel en la plantilla y que fue incluido en la convocatoria mediante una rectificación-, de modo que prácticamente todo el juego se volcó hacia los costados con las llegadas de Keko y Lara. El joven sevillano demostró además que no es un extremo al uso, sino más bien un interior con la mirada puesta en el área más que en la línea de fondo.

Entre los dos generaron la mayor parte del peligro para que el Deportivo se marchara al descanso con tres goles de ventaja y Miku se estrenase como goleador en su segundo partido con la camiseta deportivista. Lo intentó mucho Adri Castro, que no encontró premio.

El equipo cambió en la segunda mitad, ya con Borges en el césped y un dibujo menos natural en el que Vázquez prescindió de los delanteros. Fueron Keko y Lara los que ejercieron esa función, con Nacho González y Gandoy más volcados hacia los costados. El mando recayó en el costarricense, que fue quien le imprimió el ritmo al juego deportivista, al que todavía le falta una pizca para generar ocasiones claras. Aún así, al Deportivo le bastó para anotar otros dos goles y confirmar la victoria.