El Dépor Abanca no es el de la temporada pasada. Aunque lo intente y la idea pueda ser parecida, por ahora no se acerca a la versión que asombró en su estreno en la elite del fútbol. Necesita tiempo, acoplarse y que las recién llegadas asimilen una fórmula exitosa que en este arranque liguero se ha vuelto endeble. Los temores del técnico blanquiazul, Manu Sánchez, después de una pretemporada atípica, sin el rodaje necesario para que el equipo se adapte a su nueva realidad tras un cambio de ciclo, se han puesto de manifiesto con dos derrotas ante rivales a los que el curso pasado tuteó, pero que este año parecen un punto por encima.

Ayer fue la Real Sociedad la que expuso las carencias de un Dépor Abanca casi siempre a merced de un rival con las ideas claras desde el inicio para aprovechar los puntos débiles de las blanquiazules. La presión adelantada de las visitantes desnudó los problemas deportivistas, resumidos en la falta de contundencia defensiva y las dificultades para armar el juego. Aunque la versión tras el descanso fue más convincente, es normal que afloren las comparaciones y las miradas se dirijan hacia la temporada pasada.

Echar la vista atrás fue especialmente doloroso ayer porque enfrente estaba Nuria Rábano, inquilina hasta hace nada del carril izquierdo deportivista, en el que sufrió y padeció Kenni Thompson. La joven caribeña, recién llegada este verano y reconvertida en lateral, atravesó un calvario la media hora que estuvo sobre el césped antes de que Manu Sánchez le ahorrase más disgustos.

Cada balón a su espalda se traducía en acciones peligrosas a favor de la Real, que recuperaba casi siempre muy cerca del área deportivista. Sufría Thompson y también Stephannie Blanco, incorporada para paliar la marcha de María Méndez. Ellas dos ejemplifican la falta todavía de acoplamiento de los refuerzos, igual que Lady Andrade, a la que se le atraganta el rombo característico en el centro del campo a través del que se ordena el conjunto deportivista.

Dos desajustes defensivos, uno a balón parado y otro con una pelota a la espalda de la defensa, le sirvieron a la Real para marcharse con dos goles de ventaja al descanso. Pudo ser uno solo porque Stephannie estrelló una falta lejana en el larguero poco antes del segundo de las donostiarras.

Mejoró el Dépor Abanca después del descanso, con una pizca más de intensidad, pero sin puntería para comprometer a la Real. Falló Athenea un cabezazo a bocajarro y después Peke desperdició un penalti en pleno arreón blanquiazul para recortar distancias. Ahí se frenó la reacción del conjunto deportivista, en plena reconstrucción y en proceso de reencontrarse.