Dos cabezazos sirvieron al Deportivo para abrochar un partido que estuvo cerca de escapársele. El conjunto blanquiazul pudo ver como a las primeras de cambio se le marchaban puntos, con todo lo que eso conlleva para el principal favorito de su grupo y quizá también de una categoría en la que ayer se estrenó dejando más dudas que certezas.

En su debut ante el Salamanca en Riazor, el Deportivo funcionó a fogonazos y confirmó aquello que ya se adivinaba durante la pretemporada. No se intuye qué clase de equipo quiere ser, si pretende dominar los partidos o armarse y esperar los tropiezos del rival, de manera que se queda a medio camino y en una posición indefinida como la que mostró ayer ante un rival al que incomodó poco.

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El Dépor gana en su debut en Segunda B

Las contradicciones de este Deportivo se trasladan de la alineación al césped. Se da el caso, como ayer, de que Fernando Vázquez renuncia a jugar con dos delanteros en un equipo que junta a Keko y Lara, llamados a funcionar como asistentes desde los costados, y coloca a Nacho González. El uruguayo, que debería ser el enganche que le falta al puzle blanquiazul, apenas se ubica. Faltan las ideas y el juego no fluye, de forma que deben brotar las individualidades para inquietar al contrario.

Quien más lo intentó ayer fue Keko Gontán, inspirado en una primera mitad plana de los deportivistas. Esa versión discreta se mantuvo después del descanso a pesar del gol tempranero de Beauvue. Solo los cambios dieron algo de claridad al Deportivo cuando el Salamanca ya había empatado.

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1º partido de la era Covid con público en Riazor

El atrevimiento de Borja Galán sirvió para arrinconar al rival, mientras que Yago Gandoy puso las ideas por el centro que no tuvo durante todo el encuentro el Deportivo. Faltó una versión más convincente de Celso Borges para conseguirlo y mayor claridad en un equipo todavía por definir.