El Deportivo ganó sobre la bocina el domingo en su estreno en la competición con un gol de Eneko Bóveda que endulzó un partido discreto, por momentos muy gris, del equipo. Fue, según Fernando Vázquez, un anticipo de lo que le espera al conjunto blanquiazul en su regreso a una categoría que no pisaba desde hace 40 años y que le va a exigir al máximo. "Sabemos a lo que nos vamos a enfrentar a partir de ahora porque más o menos todos los partidos van a ser de este corte", avisó el entrenador deportivista acerca de la clase de compromisos que afrontarán.

Sin iniciativa. Argumenta Vázquez que buena parte de los rivales, al menos en el primer tramo del campeonato, obligarán al Deportivo a hacer valer su papel de favorito y exponer las cualidades de la que pasa por ser la plantilla más fuerte y a la vez más cara de todas cuantas componen este curso la Segunda División B. "Hay que tener una claridad ofensiva impresionante para romper sistemas defensivos con muchísimos jugadores detrás de la pelota", apuntó el técnico. Esa "claridad" que mencionó Vázquez para superar el entramado del Salamanca fue lo que le faltó a su equipo, demasiado plano en la elaboración y dependiente de los chispazos de sus futbolistas más inspirados.

Jugadores en pretemporada. Keko, y en menor medida Lara, fueron quienes más profundidad le dieron a un Dépor atascado y al que le costó llegar con peligro al área del Salamanca. En la primera parte solo hubo una oportunidad clara con un remate de Beauvue nada más arrancar el partido y casi el único disparo a portería fue un lanzamiento de Lara desde fuera del área. Muy poco tratándose de un conjunto con semejante nómina de jugadores en la parcela ofensiva. Vázquez se disculpó argumentando que las individualidades necesitan brotar todavía para llegar a un buen funcionamiento colectivo. Para ello solicitó tiempo y que los jugadores acumulen minutos.

Atasco en el centro del campo. Celso Borges fue de los que más evidenció el domingo que está lejos de su mejor forma y eso se notó en el funcionamiento del equipo. El centro del campo que compartieron el costarricense y Álex Bergantiños estuvo demasiado espeso. Las pérdidas de balón fueron frecuentes y apenas hubo continuidad para fabricar jugadas elaboradas que permitieran crear las oportunidades que le faltaron al equipo. Tampoco hubo movimientos entre líneas, a pesar de que Vázquez le dio la alternativa a Nacho González en detrimento de un segundo delantero que sacara rendimiento a las incorporaciones por las bandas.

Una presión que funciona. El Deportivo mostró problemas que deberá resolver, pero también que funciona en apartados importantes. En un partido sin apenas continuidad, fue un equipo que recuperó rápido el balón, a pesar de que fallara a la hora de gestionarlo.