Fernando Vázquez afronta la visita del domingo al estadio Vero Boquete de San Lázaro con el único objetivo de ganar, pero advierte de que en camino del Dépor en Segunda B también habrá derrotas. “Tenemos un recorrido largo para mejorar al equipo pero mis palabras no son garantía de nada. Espero que así sea y que veamos un Deportivo más fluido y más suelto. Los resultados tampoco los garantizo, evidentemente. Sé que tengo la obligación de ganar siempre pero no vamos a ganar siempre. La gente tiene que estar preparada porque en el camino y en la trayectoria exitosa que pudiera tener el Deportivo este año va a haber derrotas, esperemos que no sea en octavos de final o cuartos, porque iríamos para casa”, explicó esta mañana.

El técnico del Dépor siente el máximo respeto hacia el Compostela y su entrenador, Yago Iglesias. “Tenemos que ir a ganar el partido, tal y como son las circunstancias y por nuestro potencial. Solo contemplo la posibilidad de ganar ante un rival superorganizado. Va a ser un partido difícil, complicado, en un campo del que tengo la sensación, y ya la tenía cuando estaba en el Compos, que los rivales lo extrañan bastante”.

Será una cita especial para Vázquez por su pasado en el Compos, aunque descafeinado por la ausencia de público en las gradas. “Santiago es mi ciudad. Antes del mundo profesional yo era compostelanista. Soy seguidor del Compostela. Santiago transformó mi vida como persona. Yo era profesor de instituto y al mismo tiempo entrenador pero Santiago me transformó en entrenador. Soy entrenador a tiempo total por el Compostela. Recuerdo con muchísimo cariño aquellos partidos en San Lázaro y la afición. Es un partido especial. Es la segunda vez que voy como entrenador después de marcharme. Pasó muchísimo tiempo, muchísimos años, y no va a haber público. No considero que vaya a a sentir nada más especial que la responsabilidad que tengo de ganar el partido con mi equipo”. Con público, en cambio, “sería diferente”. “Le debo mucho a la afición del Compostela. También los nuestros irían allí al jugarse al lado de casa. Podría haber 12.000 y no va a haber nadie. La diferencia es palpable y afecta también a mis emociones”, reconoció Vázquez.

El técnico se siente agradecido al expresidente del Compos José María Caneda y al que fuera su gerente en aquella época dorada, José Fidalgo, por haber apostado por él para dar el salto de Segunda B a Primera. “Estando en Lugo cuando me llama el Compostela salí corriendo por la carretera arriba dando gritos de alegría. Fue elección del Compostela, de su presidente, y de Fidalgo. Tener la valentía de coger a un chaval de Segunda B y ponerlo en Primera fue una suerte que tuve. Fueron años increíbles, impresionantes y con un presupuesto raquítico. Yo estaba con toda la ingenuidad, ni siquiera tenía representante. Estaba solo, en un mundo de Yupi. Eso quizá fue un error grave que cometí, no estar bien asesorado en esos momentos”, recordó el entrenador del Deportivo esta mañana en Abegondo.