Yago Gandoy (A Coruña, 1999) ha cumplido el "sueño" de todo canterano deportivista con su llegada al primer equipo y piensa exprimirlo al máximo. "Me siento muy orgulloso", asegura. Mientras intenta hacerse un hueco en los planes de Fernando Vázquez, reflexiona sobre el arranque del equipo.

Dos partidos y ya han aparecido las primeras dudas...

La exigencia y la responsabilidad en esta categoría, al ser el Deportivo, las vamos a tener siempre. Lo importante de este comienzo es haber conseguido cuatro puntos de seis, aunque quizá las sensaciones no han sido las mejores. Estamos empezando y nos estamos acoplando aún. Todo lleva su tiempo y poco a poco iremos mejorando.

Reclaman tiempo para adaptarse, pero la pretemporada fue especialmente larga este año...

Fue larga, pero es una nueva categoría y nos tenemos que adaptar a ella. Poco a poco se irá acomodando todo.

¿Pesa en esa adaptación el perfil de la mayoría de jugadores que ha incorporado el club?

Está claro que los fichajes que se han hecho y la intención del club es a lo grande. Han venido jugadores como Borges y Uche, y otros que se han quedado como Keko y Claudio, que tienen un nivel de categoría superior. Aunque estemos en Segunda B los partidos se deciden por detalles y aquí también hay equipos muy buenos. Tenemos esa fama de favoritos, pero hay que ir poco a poco.

¿Obliga ese favoritismo?

Ya nos está obligando, pero dentro del vestuario no tenemos presión. Estamos tranquilos a pesar del empate en Compostela. La gente tiene que saber que vamos a empatar partidos y que a lo mejor los vamos a perder. Debemos tener tranquilidad y confiar en la idea que nos transmite el míster. Dentro del vestuario estamos seguros de que vamos a ir para arriba pronto.

¿Nota decepción con la imagen de los dos primeros partidos?

Es normal que la gente piense que tenemos que ganar todos los partidos sobrados y por 3-0, pero hay que entender que no va a ser así. Aunque partamos de favoritos, o tengamos esa fama, va a haber partidos complicados. Contra el Salamanca ganamos en el último minuto y el Compostela, que viene de Tercera División, es un buen equipo. Hay que tener paciencia y saber que es una categoría difícil.

¿Qué les está faltando?

Tenemos que mejorar en la parcela ofensiva. Está claro que no tenemos los automatismos lo suficientemente trabajados para llevar el peso del partido, pero ahora también toca adaptarse al césped artificial para jugar contra Unionistas.

¿Influye tanto jugar en un campo sintético?

Cambia bastante. En esta categoría siempre te suele tocar algún campo así. Lógicamente condiciona y tenemos que acostumbrarnos. El bote del balón, la velocidad... todo es diferente. Influye, pero no tiene que servir de excusa.

Fernando Vázquez estuvo en el entrenamiento muy activo y más participativo, ¿lo nota diferente esta semana?

Siempre nos traslada su pasión por el fútbol. Nos está insistiendo y está más encima para que intentemos hacer lo que nos pide, esa idea de presionar arriba y cerca de los rivales. Quizá por eso lo notéis más activo, porque nos está costando un poco a nosotros. Tiene que ser así y conseguirlo con entrenamientos.

¿Por qué no se ha visto esa idea que propone de presionar al rival y ser protagonista?

La intención es presionar arriba y que el rival no juegue, pero no nos está saliendo de momento. Para eso trabajamos, para mejorar y que se vea en los partidos.

¿Cree que se ha minusvalorado la categoría?

Dentro del vestuario no. La gente veterana la conoce y otros más jóvenes también la hemos pisado. En Segunda B hay equipos y jugadores muy buenos que podrían estar en categorías superiores. Por muchos factores, por la suerte, porque no confiaron en ellos, por lesiones... no están en Primera o Segunda. Es muy difícil. Es verdad que partimos de una plantilla muy buena y muy ilusionante para intentar lograr el ascenso, pero hay que ir poco a poco. Podría pensarse que esto iba a ser más fácil, pero no lo es.

Piden paciencia, pero el formato de la competición no ofrece demasiado margen...

Exige hacer los máximos puntos posibles para pasar a la segunda fase y tener un colchón importante. Comparado con otros formatos te exige más en cuanto a puntos. Igual conseguir puntos es más importante que el juego.

¿Cómo vivió los últimos minutos contra el Salamanca?

Que el primer partido de liga salgas de suplente, juegues 20 minutos, des una asistencia al final y gane el equipo... Es increíble. La sensación fue increíble.

¿Espera jugar esta semana?

Siempre esperas más protagonismo, estar en el once y participar, pero hay que respetar al entrenador, que de momento está decidiendo no ponerme. Me toca trabajar, tanto a mí como a los jóvenes que venimos de abajo, para convencerlo.

¿Se ve como interior?

Mi posición es de mediocentro y lo mantengo. Es donde doy mi mejor nivel y donde más cómodo me siento, sin duda. Fernando (Vázquez) me está utilizando ahí e intento aprender. Poco a poco me voy acoplando y si el míster decide utilizarme más ahí yo quiero sumar y jugar donde sea.

Este verano se mezcló la renovación de su contrato con todo el lío del Fuenlabrada...

Entre todo lo que pasó no fue un verano muy agradable. Más allá de mi renovación, todos estábamos pendientes del club, de lo que iba a pasar. Mi intención siempre fue quedarme aquí. Mi renovación estaba un poco aparcada porque lo importante era saber dónde iba a estar el club. Cuando se supo, solo fue necesario hablar las cosas porque siempre hubo buena sintonía. Soy feliz aquí y quiero triunfar aquí.