Falleció Carlos Torres Barallobre (A Coruña, 1934), hijo de un histórico blanquiazul como Pepe Torres, un deportivista de cuna al que se le resistió el equipo de su vida para el que parecía predestinado. Vecino en sus últimos años de Cambre, fue internacional B, jugó casi 200 partidos e hizo más de 60 goles en Primera en Celta, Espanyol y Málaga entre 1952 y 1964 y no fue hasta el final de su carrera que pudo enfundarse la blanquiazul en ocho partidos oficiales con el primer equipo. Se había formado en equipos de base como el Sin Querer y subió los escalones previos a llegar a Riazor al ser alineado en el Juvenil y en el Fabril, en el que le sucedió Luis Suárez, e incluso jugó amistosos con el Dépor en una gira a Portugal, pero acabó mudándose a Vigo por razones que él creía que iban más allá de las deportivas. "Mi padre dejó la directiva del Deportivo y decidieron no ficharme. Un entrenador hasta dijo que no sabía atarme las botas. Para mí, no fue ni siquiera una desilusión porque nunca pensé que pudiese ser profesional. Cuando me vino a fichar el Celta, estudiaba Medicina en Santiago y jugaba en el Fabril", contaba hace tres años a LA OPINIÓN.

Jugó en el Deportivo en 1965 y no le renovaron el contrato. Emigró a Venezuela y dirigió en ese tiempo al Galicia de Caracas. A su regreso entrenó a la selección gallega juvenil y a la SD Compostela y se enroló en el Deportivo, donde comandó a los juveniles, al Fabril y al primer equipo en un puñado de partidos antes de que el equipo cayera a Tercera en 1974.