El Celta inauguró ayer oficialmente su nueva ciudad deportiva ubicada en Mos y el partido estrella fue el que protagonizaron el equipo local y el Deportivo de la División de Honor juvenil. En lo que se presumía iba a ser una fiesta celeste se colaron los blanquiazules que se llevaron los tres puntos tras remontar un encuentro en el que empezaron perdiendo.

Peke desde fuera del área y Docarmo, en una falta lateral anotaron los dos goles del equipo deportivista, que sirvieron para supera el inicial de Facu cuando el partido estaba a punto de alcanzar el final de la primera mitad.

Antes, llegaron los paseos, los actos protocolarios y los discursos para abrir de par en par la “casa del fútbol” del Celta, que da paso a las instalaciones de A Madroa. Carlos Mouriño, el presidente, se rodeó de la elite de la política gallega y del fútbol español y autonómico. Como si no existieran.

Los jugadores que entrena Óscar Gilsanz se mantuvieron ajenos a todo el festival que habían organizado los celestes y obtuvieron un triunfo que ningún otro equipo había conseguido a costa del Celta como local en 43 partidos.