La temporada del Deportivo podría quedar reducida a lo que ocurra esta tarde (19.00 horas) en Riazor. El equipo blanquiazul recibe al líder Unionistas a ocho puntos de distancia y bajo la amenaza real de verse fuera de los puestos que dan derecho a disputar la fase de ascenso. A eso se ha condenado el club deportivista una vez más. Será de nuevo un cara o cruz, una moneda al aire, como ha ocurrido en temporadas anteriores. Ni siquiera caer hasta Segunda División B con el presupuesto más elevado en la historia de la categoría ha evitado que el equipo se lo juegue todo a una carta.

El Deportivo no tiene margen de error después de cinco jornadas consecutivas y el clima es de alarma total en el club. El presidente, Fernando Vidal, disparó esta semana contra todos y puso parches a su gestión después del descalabro contra el Compostela. Rolan pasó de activo del club a una carga y se ha acudido al mercado de invierno tras descartarlo inicialmente. Una victoria esta tarde, sin embargo, airearía un ambiente muy cargado.

La responsabilidad recaerá casi en exclusiva sobre los hombros de un Rubén de la Barrera que no ha conseguido cambiarle la cara a un equipo con unos jugadores cada vez más señalados. La presión por ascender, según Vidal, está detrás del discreto rendimiento de un equipo que por inversión está a leguas de sus rivales.

El Deportivo se gasta aproximadamente cuatro millones en su plantilla —sin contar a Rolan, que se lleva otro millón— y su rival de esta tarde apenas llega a 500.000 euros. La distancia en la clasificación, sin embargo, es de ocho puntos a estas alturas.

Siete goles contabiliza el equipo blanquiazul, que tendrá que doblegar a una de las defensas más seguras del subgrupo. Unionistas no encaja desde la cuarta jornada y tan solo ha concedido tres tantos. A eso suma una gran efectividad que le permite dominar la clasificación con solvencia superado el ecuador de la primera fase.

De la Barrera tiene el desafío por delante de implantar los mecanismos que garanticen al equipo corregir las graves lagunas que arrastra en el apartado ofensivo. Ante el Compostela quedó patente la inconsistencia de una propuesta que todavía no se atisba con claridad.

El técnico tendrá además que buscar un sustituto a Mujaid, expulsado en la jornada anterior y referencia del sistema defensivo. Derik se presenta como su sustituto en una alineación que guarda algunas incógnitas.

Uche y Keko, recuperados, podrían tener minutos debido a la situación de urgencia en la que está inmerso el equipo, pero ambos acumulan varias semanas sin apenas competir.