El entrenador del Deportivo, Rubén de la Barrera, hizo esta mañana una reflexión sobre la situación del club y su deriva en los últimos años con tantos cambios de entrenador y puso como ejemplo los casos de la Cultural Leonesa y la Real Sociedad, dos apuestas exitosas por la continuidad que conoce desde dentro y que recogen frutos sin dar bandazos. “Aquí los proyectos no existen”, lamentó sobre el caso coruñés.

La estabilidad, clave. “Los proyectos nacen y se van desarrollando con un único objetivo, que es ganar. Durante el camino van a ocurrir victorias, empates y derrotas. Algo que probablemente tenga mucho mayor peso es precisamente la urgencia, la necesidad que el Deportivo como club presenta, y más en Segunda B. Lo que creo, lo tengo clarísimo y no me escondo. No es cuestión de Rubén, Pepe o Juan, es cuestión de un proyecto que tenga peso, ideas claras, líneas de desarrollo clarísimas atendiendo a la manera y con quién llevarlo a cabo. Puede ser Rubén, Pepe, Juan o Jose. Mis últimas dos experiencias en España han sido precisamente en algo que claramente conllevaba un proyecto, y son la Cultural y la Real Sociedad. Es cuestión de ir, a través del pico y pala, ir puliendo pequeñas cosas para recoger frutos. La realidad es que aquí los proyectos no existen y valoramos lo que se hace o no se hace en función de un resultado. Si algo ocurre con frecuencia es sinónimo de al menos revisar lo que se está haciendo. Lo fácil y recurrente es cargarse a la gente. Hay que tener clarito lo que quieres, cómo lo quieres y con quién lo quieres hacer, y eso ir evolucionándolo de manera permanente. Cuando un hombre tiene claro a dónde va, el mundo entero se aparta para dejarle pasar”.

El foco, en el Guijuelo. “No es cuestión de que si gano todo es perfecto, y si pierdo todo es un desastre. Me siento muy cerca de ganar, de ser mucho mejor que un rival. Y lo digo ahora cuando absolutamente nada me da la razón. No es cuestión de ir dando bandazos ni de pasar del rap al rock. Es cuestión de tener la idea clara e ir ajustado piezas. No es cuestión de reformular o replantear ningún objetivo, es tratar el momento presente y el presente se llama Guijuelo. El futuro no existe y menos en este caso. La realidad nos conduce solamente al partido contra el Guijuelo”.

Con confianza. “Cuando no ganas, estás fastidiado y jorobado. Yo siento la confianza de la gente, pero más que necesitar confianza, el que tiene que estar confiado soy yo, y yo confío no porque alguien me diga algo, sino porque tengo plena seguridad en lo que hago. Eso solo se refrenda en base a una victoria. A pesar de esos resultados, yo sí me veo ganando los cinco partidos, por el juego, por los datos concretos de los partidos. Si vamos a por los partidos y si competimos como hay que competir, las probabilidades aumentan, y si eso no ocurre o vamos de mentira, nos veremos imposibilitados para conseguirlo. No necesito que nadie me diga nada. Tengo la confianza de la gente. Estoy jodido porque la afición no tiene números o algo tangible para poder comprar lo que nosotros intentamos ofrecer”.