El entrenador del Pontevedra, José Luis Míguez, Luisito, expuso ayer cómo se encuentra tras sufrir un trombo en un brazo. “Aquí solo hay un culpable. Sé que cometí un gran error”, asumía el técnico del próximo rival del Deportivo y expreparador del Fabril reconociendo que debió ir antes al hospital y que estuvo cerca de la muerte.

“Tengo que reconocer que temí por mí porque me encontraba muy mal. Creo que fue una de las pocas veces que sentí miedo en la vida porque cuando me empezaron a hacer tantas pruebas me di cuenta de que algo grave pasaba”, explica.