Seis de seis es lo que tiene que sumar el Deportivo en los dos partidos que faltan para que concluya la primera parte de la competición en Segunda B y también para mantener viva una mínima ilusión de meterse entre los tres primeros. Un objetivo básico cuando arrancó el curso en el mes de marzo y que ahora es casi inalcanzable. En el peor de los casos, esos seis puntos garantizarían al equipo blanquiazul una plaza en el grupo intermedio y pelear en la segunda parte del campeonato por tener un sitio en la Primera División de la FEF, es decir, pelear por mantener la categoría. Para estar entre el cuarto y el sexto los coruñeses necesitan sumar cuatro puntos para no depender de ningún otro rival.

Los números dicen que incluso Unionistas y Zamora pueden ser alcanzados por los deportivistas; las sensaciones ya dicen otra cosa. Ambos tienen seis puntos de ventaja sobre los coruñeses, pero los zamoranos tienen que cerrar la temporada en Riazor. Con los salmantinos tienen los blanquiazules el golaveraje a favor, con los zamoranos podría darse también el mismo caso si la victoria es por dos goles o más. En medio está el Celta B, el rival del próximo domingo, que dispone de cuatro puntos de ventaja y al que tienen que vencer para mantener viva la llama de la ilusión. En una situación similar se encuentran Compostela y Racing de Ferrol (23 puntos), pero los ferrolanos con un partido menos, que serán dos ya que tampoco disputarán el de esta jornada ante el Guijuelo, tras ser aplazado, igual que el de la anterior contra el Coruxo.

Es el equipo vigués el que puede meter al Deportivo en problemas mayores de los que ya tiene pues tiene pendientes por disputar nueve puntos —incluido el choque aplazado con el Racing— y está a seis de distancia en estos momentos. El Coruxo puede sumar como máximo 26 puntos; el Deportivo puede alcanzar los 29, con cuatro más estaría a salvo de quedar entre los cuatro últimos. Es el principal enemigo por la parte de abajo, ya que dispone de ventaja en caso de empate a puntos. Más próximo está el Pontevedra, a cinco de distancia, pero en este caso son los blanquiazules los que se imponen en caso de que igualasen a puntos. La victoria del pasado domingo en Riazor supuso un alivio para los jugadores de Rubén de la Barrera, tanto a efectos de la clasificación como al estado anímico por lo que supone a un equipo en las condiciones del coruñés ganar dos partidos seguidos como local.

Ganar en Barreiro al Celta B supondría para el Deportivo enlazar un segundo triunfo consecutivo, un hecho que solo alcanzó una vez en esta temporada, cuando se impuso en Salamanca al Unionistas y en la jornada siguiente venció al Coruxo, precisamente. Sucedió entre las jornadas tres y cuatro, en esa época en la que el cuadro coruñés permaneció siete encuentros sin conocer la derrota; en la octava comenzó la cuesta abajo cuando el filial celeste se impuso por la mínima en el coliseo blanquiazul. Dos triunfos seguidos no es demasiado pedir para el gran favorito de la categoría, tampoco tres (si se cuenta al Zamora en la última jornada) lo que daría opciones a meterse en la lucha por el objetivo único con el que arrancó el curso. Es complicado, pero los números todavía dan posibilidades a los deportivistas.

Los futbolistas solo pueden hacer un cosa, que es ganar los dos partidos que les faltan. A partir de ahí, también esperar a lo que suceda en otros campos, algo que históricamente no suele acompañar. La gran ventaja es que todos los equipos necesitan sumar, porque lo que concluirá en breve —falta saber si la última jornada se pospondrá a causa de los problemas que tiene el Racing por los casos positivos que se produjeron en su plantilla— es una primera fase de una competición. Cierto es que tiene un final que marcará el camino venidero que tendrán que afrontar todos los equipos, pero un final con continuidad, pues todos los puntos acumulados contarán en la segunda fase, sea cual sea el objetivo.

Los gallegos, en ventaja con respecto al otro subgrupo

Los seis puntos que faltan por disputarse no solo van a marcar el resultado final de las clasificaciones de los dos subgrupos (1A y 1B) sino también el desarrollo de la competición que se desarrollará a continuación. A falta de dos jornadas y con la clasificación actual, el Deportivo tendrá que participar en la fase intermedia, esa que concede dos plazas para la Primera División de la FEF, en la que empezaría en buena disposición por el número de puntos que acumula, 23. Son los mismos con los que partirían el Racing de Ferrol y el Compostela, los otros dos representantes de este subgrupo. Serían dos puntos de ventaja con respecto a los adversarios del subgrupo 1B que llegarían a esta parte de la competición. Pendientes de las dos últimas jornadas, los posibles adversarios de los blanquiazules cuentan con 21 puntos, dos menos, y son cuatro los conjuntos que presentan estas cifras: Numancia, Langreo, Marino y Oviedo B. El Valladolid B es tercero y jugaría por el ascenso, pero solo dispone de tres puntos de ventaja, y por abajo incluso el Lealtad podría meterse en el grupo intermedio, pues cuenta con 20 puntos. Son seis equipos para tres plazas en la lucha por la pemanencia y cinco para alcanzar un billete para el grupo de los que pelearán por ascender y garantizar ya un sitio en Primera de la FEF —Burgos y Cultural Leonesa ya tienen plaza fija por el ascenso—. Mucho en juego, al contrario de lo que sucede en el subgrupo del Deportivo en el que ningún equipo tiene nada asegurado, a excepción del Guijuelo y del Salamanca que ya no tienen posibilidades de jugar por evitar el descenso a Tercera de la FEF.