Ya era un hecho desde el pasado mes de julio, pero ahora está sobre el papel. Abanca se convirtió ayer en el máximo accionista del Deportivo al concentrar más del 75% del accionariado de la entidad tras haber inscrito el club su última ampliación de capital en el Registro Mercantil. Con este movimiento, el capital social del Real Club Deportivo de La Coruña SAD pasa de 10.292.425,5 a 45.657.489,20, con lo que el desembolso, ya sea por la capitalización de deuda del banco o por la aportación del resto de inversores, es de 35.365.063,70. Este alto porcentaje de concentración de acciones en la entidad crediticia, que ya ha nombrado su propio consejo de administración, se debe a la escasa participación del resto de inversores. Cuando el anterior consejo abrió la puerta a la entrada de Abanca en la entidad, vía reducción de la deuda a través de títulos por valor de 35 millones (cinco de un préstamo participativo para reforzar la plantilla en enero de 2020 y otros 30 en capitalización), lanzó una ampliación de capital paralela doblando esa cantidad en la que ofreció a todos los accionistas la posibilidad de mantener su porcentaje en el mapa de dueños del club. Según la implicación del resto, el porcentaje de Abanca podría pasar del 44 al 78% y se ha quedado cerca del máximo, ya que el desembolso externo es de unos 300.000 euros. Grandes accionistas como Estrella Galicia o Tino Fernández ven diluida ahora su presencia. Este cambio salió publicado en el BORME de ayer.

El anterior consejo de administración ya hizo público que este tipo de operaciones eran las únicas que aseguraban la supervivencia del club en un escenario económico y deportivo tan adverso. De hecho, diferentes actores han expresado su deseo de que Abanca ahonde en este proceso de capitalización para darle aire y músculo financiero a la entidad, que lucha por regresar al fútbol profesional. Esta obligación monetaria del Dépor con Abanca viene de lejos, cuando ni siquiera existía Abanca como tal, pero sobre todo está sustentada en el crédito de 45 millones de euros que le concedió al club en 2017, cuando llevaba varios años en Primera, para cancelar su deuda con la Agencia Tributaria. El Deportivo bajó a Segunda y después a Segunda B y, a pesar de estos movimientos de capitalización, debe aún 56 millones de euros, de los 27 son a la propia Abanca. “Apostando a medio y largo plazo va a ser viable y rescatable el club”, había dicho Juan Carlos Escotet sobre el Deportivo el pasado mes de julio de 2020 tras aprobarse la ampliación de capital, que ha desembocado en este histórico cambio. “Si no hay certeza de ingresos hay que capitalizarla [la deuda]. Y lo vamos a hacer hasta donde sea necesario, pero con las condiciones que pongo encima de la mesa”, había aseverado el máximo mandatario de la entidad bancaria sobre un proceso que puede acabar teniendo continuidad en un futuro cercano. El reordenamiento de la deuda y la reflotamiento deportivo fueron los grandes objetivos que se marcó el nuevo consejo de administración de Antonio Couceiro que lleva poco más de dos meses al frente del club.

Esta inscripción en el Registro Mercantil supone dar carpetazo definitivo a aquel capitalismo popular que se inauguró el 30 de junio de 1992 con la conversión del Dépor en Sociedad Anónima Deportiva con un capital social de en torno a 2,2 millones de euros (378 de pesetas). Su accionariado tan atomizado con más de 25.000 accionistas que no podían poseer más del 1% fue una de sus señas de identidad durante décadas. La deuda acabó ahogando al club y Lendoiro lanzó, a una semana de la semifinal de Champions ante el Oporto en 2004, una nueva ampliación de capital de hasta 60 millones de euros que no funcionó como esperaba. En 2007 se eliminó el tope del 1% para cada accionista con lo que se abría la puerta a la entrada de un gran inversor. Las gestiones no fructificaron y la entidad acabó en Concurso y con un nuevo consejo de administración en enero de 2014. Por entonces, su capital social era de 7,8 millones de euros, que una posterior ampliación, derivada del acuerdo con Hacienda por la deuda privilegiada, terminó por situarlo en los 10,2 que aparecían reflejados hasta ayer.