Rubén de la Barrera tuvo que retocar a la fuerza su once de gala el pasado fin de semana frente al Marino de Luanco, ante el que no pudo competir Uche Agbo debido a que tuvo que cumplir un partido de sanción por acumulación de cartulinas amarillas. El elegido para recomponer la línea medular no fue un pivote sino un futbolista de corte ofensivo, Raí Nascimento, que retrasó su posición habitual para formar en el centro del campo junto a Villares y Álex. El regreso del nigeriano el domingo en Langreo permitirá al técnico devolver a Raí al ataque para formar tridente con Keko y Miku. Cada pieza en su sitio también en la defensa, porque Borja Granero se reincorporó ayer al trabajo grupal en Abegondo después de haber tenido que pedir el cambio la jornada pasada en Riazor por un golpe en la cadera que obligó a De la Barrera a reubicar a Bóveda como improvisado central.

Granero completó ayer todas las tareas con normalidad sobre el césped de Abegondo y, en principio, estará apto para competir el domingo en el Nuevo Ganzábal, por lo que Bóveda podrá arrancar desde su posición natural de lateral derecho. Frente al Marino el vasco acabó de central, un rol que ya desempeñó varias veces desde su llegada al Deportivo. Ahora mismo es el principal recambio para los dos centrales titulares, Granero y Mujaid, ya que tras la lesión de Derik no hay más futbolistas específicos en la primera plantilla para actuar en el eje de la zaga.

El regreso de Uche y la recuperación de Granero son dos grandes noticias para De la Barrera, que llega a la recta final de la temporada con su plantel casi al completo y en su mejor momento del curso en cuanto a autoestima y confianza gracias a las cuatro victorias consecutivas. La única baja es Derik, que no volverá a competir hasta la próxima temporada tras ser operado de su lesión en el tendón de Aquiles. Los demás futbolistas de la primera plantilla, 21, están a disposición del técnico coruñés, 22 contando al delantero fabrilista Adri Castro, quien ayer volvió a ejercitarse como uno más del primer equipo blanquiazul.

Para la visita a Langreo el técnico deportivista apostará por la continuidad en la alineación, con la única novedad del regreso de Uche tras sanción. Todavía no ensayó con el teórico once inicial que presentará el domingo en el Nuevo Ganzábal, pero todo apunta a que serán los mismos del pasado fin de semana, con la vuelta de Uche, cuya entrada en el centro del campo mandará a Lara al banquillo para que Raí pueda regresar a la banda izquierda del ataque.

El brasileño, que todavía no ha tratado con el club la posibilidad de seguir en el Dépor la próxima temporada, tuvo buenas sensaciones el pasado fin de semana pese a partir desde una posición más lejana a la portería contraria. “Me he encontrado bien, algunas veces un poco presionado por el rival, porque no teníamos espacios para encontrarnos entre líneas”, afirmó ayer Raí, centrado única y exclusivamente en la visita a Langreo. “Es una oportunidad bastante importante para nosotros”, añadió el brasileño antes del entrenamiento de ayer en Abegondo.

Lucho, agachado a la izquierda, se lleva las manos a la cara mientras Brea, sentado en el césped, recibe las primeras atenciones. | // LO

Lucho, cariacontecido tras los gritos de Brea, que se pudo ir por su propio pie tras dañarse la rodilla

La intensa sesión de ayer en Abegondo estaba a punto a finalizar cuando el portero fabrilista Pablo Brea, que trabajó con el primer equipo, protagonizó la mala noticia de la mañana. Durante uno de los partidillos finales el joven realizó un mal apoyo como consecuencia del estado irregular de su área pequeña y se dañó la rodilla izquierda. Inmediatamente quedó tendido sobre el césped y sus gritos de dolor hicieron temer lo peor. La preocupación por su estado físico fue generalizada y sus compañeros se acercaron a su posición para interesarse por él. Lucho no pudo. Cariacontecido, se agachó a pocos metros de distancia del fabrilista llevándose las manos a la cara para contener las lágrimas. El doctor Carlos Lariño solicitó inicialmente una camilla, que trasladaron a la carrera el doctor Ramón Barral y el readaptador Fran Molano, pero no hizo falta. Afortunadamente, tras recibir las primeras asistencias médicas sobre el césped Brea pudo abandonar el campo por su propio pie. El meta se levantó y caminó hacia los vestuarios, tranquilizando de esa forma a Lucho y a todos los demás. Parece menos grave de lo que podía ser, pero será sometido a pruebas para conocer el alcance exacto de esas molestias.