La temporada del Deportivo ha sido una pelea constante entre las expectativas y la realidad, tozuda para colocar al equipo en su lugar sin importar la inversión efectuada, el prestigio del club o el currículum de los jugadores. Los problemas con el gol que el conjunto blanquiazul ha arrastrado a lo largo de la temporada son un reflejo más de la discordancia experimentada este curso entre pronósticos y resultados reales.

La dirección deportiva apostó para afrontar el regreso al fútbol profesional por delanteros contrastados y, gracias a una fuerte inversión, consiguió reunir a Claudio Beauvue, Miku, Rui Costa y a un Diego Rolan que se convirtió en un lujo inesperado al que después debió renunciar. A pesar de ello tuvo que recurrir al fabrilista Adri Castro en algunas ocasiones para paliar los problemas en el ataque.

El Deportivo suma 15 goles tras disputar 20 partidos. Es la cifra más pobre desde hace casi 40 años. Hay que remontarse hasta la temporada 1972-73, en Primera División, para encontrar un registro peor. El conjunto blanquiazul sumaba entonces 12 tantos tras las primeras 20 jornadas y acabaría descendiendo a Segunda. El curso siguiente caería a Tercera (por entonces no existía la Segunda B) en la que hasta la fecha es la etapa más oscura de la historia del club.

Los problemas en la delantera han sido recurrentes esta temporada, primero con Fernando Vázquez y después con Rubén de la Barrera. Parecía que habían quedado aparcados con la goleada ante el Celta B (0-3) y el triunfo ante el Zamora (2-0) que permitieron apurar las posibilidades de alcanzar la fase de ascenso, pero se han reproducido en los dos últimos partidos.

Al Deportivo le costó de nuevo crear peligro ante el Marino y el Langreo, a los que no consiguió someter mediante la fórmula de presión adelantada y transiciones rápidas que tan bien le funcionó en los compromisos anteriores. Volvió a demostrar así que va con lo justo por las carencias que se evidencian en la plantilla a pesar de la fortísima inversión efectuada. Al equipo le faltan recursos y no tiene registros suficientes, por eso frente al Marino en Riazor apenas contabilizó una ocasión y contra el Langreo le faltó puntería.

El club ya se encontró recientemente con dificultades similares, aunque en situaciones en las que sus posibilidades eran menores, en las que no partía en una posición dominante como la que tenía este curso en Segunda B. La temporada pasada, inmerso en una crisis de resultados sin precedentes, el equipo tampoco logró pasar de los 15 goles en las primeras 20 jornadas. Lo mismo le ocurrió en la 2010-11, que desembocaría en el descenso a Segunda, en la 2006-07 y en la 1991-92. En el curso 2014-15, después de ascender en el anterior, al Deportivo también arrastró problemas ofensivos y solo sumó 16 tantos en una veintena de encuentros.

El equipo, sin embargo, no poseía por entonces los recursos que se le presuponían esta temporada. A pesar de la nómina de delanteros reunida, todos con amplia experiencia en categorías superiores, la cifra de goles está siendo de las más pobres de toda la categoría. Beauvue solo ha marcado un gol y ha desaparecido de las alineaciones, relegado a un papel residual que contrasta con el esfuerzo económico que representa para el club, mientras que Rui Costa se marchó sin estrenarse, con dudas sobre su estado de forma incluidas, y ahora golea en Portugal. Diego Rolan anotó dos en cuatro partidos, antes de que el máximo accionista del club recomendase su salida por el importante desembolso que suponía. Solo Miku ha logrado afianzarse después de aparcar sus problemas físicos y se ha convertido en el pichichi gracias a su triplete contra el Celta B y el gol que marcó de penalti frente al Marino.

A ellos hay que sumar el tanto de Bóveda, el de Héctor Hernández, y los dos que llevan cada uno Lara, Keko y Borja Galán. La aportación está lejos de las expectativas y coloca al Deportivo en los peores números de toda la categoría. Solo nueve equipos de los 102 que componen este curso la Segunda B están igual o peor a estas alturas de la temporada.

Guijuelo (15), Leioa (12), Santa Eulalia (14), el CD Marino tinerfeño (13), Lealtad (12), Ebro (15), Orihuela (15), Socuéllamos (15) y Getafe B (14) son los conjuntos que replican las cifras blanquiazules. Casi todos están encuadrados en los grupos de equipos que ya han descendido una categoría y que ahora pelean por no caer hasta la quinta división del sistema de ligas que comenzará a funcionar el curso que viene.

Ninguno de ellos partían con las aspiraciones que tenía el Deportivo cuando arrancó la competición ni mucho menos contaban con los recursos de los que dispuso el equipo blanquiazul para afrontar el regreso al fútbol profesional y confeccionar una plantilla en apariencia muy poderosa. La delantera también lo parecía, pero también se ha chocado con las expectativas.

El equipo buscará ante el Numancia el domingo en Riazor (19.00 horas) recuperar las sensaciones mostradas en los anteriores partidos. Llevaba cuatro jornadas consecutivas marcando y sin encajar, pero contra el Langreo volvió a acusar las carencias que ha evidenciado durante todo el curso. La creatividad y la construcción del juego merman al equipo en el ataque y lo condenan a buscar la inspiración individual, que tampoco ha sido recurrente. La mejor versión la necesitará ante el que se presenta como su principal amenaza para lograr una de las dos plazas en la Primera Federación.

Miku se afianza como la referencia de una delantera transformada en plena temporada

La irregularidad en la temporada del Deportivo se ha visto reflejada también en la delantera, transformada en plena temporada. Miku ha conseguido afianzarse en las jornadas más recientes después de aparcar los problemas físicos que le acompañaron desde pretemporada. Antes que él se habían postulado para el puesto Claudio Beauvue, Diego Rolan y Rui Costa. Los dos últimos ya no forman parte del equipo y el primero tiene un papel residual en las alineaciones. Beauvue marcó en la primera jornada y a partir de entonces fue perdiendo protagonismo hasta desaparecer. No es titular desde la derrota contra el Compostela en Riazor y apenas cuenta para la rotación a pesar de que también puede jugar en la banda. Diego Rolan se marchó cedido a Egipto ante la imposibilidad de asumir su salario toda la temporada. Antes se había convertido en un lujo prohibitivo que marcó dos goles en cuatro partidos y apuntaba a ser la principal referencia. Rui Costa, en cambio, nunca consiguió adaptarse al equipo y estuvo por detrás incluso de Adri Castro en determinados momentos. El favor de Rubén de la Barrera se lo ha ganado Miku después de convertirse en el pichichi del equipo gracias al triplete que le marcó al Celta B y el tanto que firmó frente al Marino de Luanco. Esta semana contra el Numancia se perfila de nuevo como la referencia de un equipo necesitado de goles y puntos.