El Deportivo visitará el domingo el campo municipal de Miramar, donde se encontrará otro terreno poco hospitalario. Las condiciones serán parecidas a las de O Vao o Ganzábal, donde el conjunto de Rubén de la Barrera no lo pasó nada bien. En casa del Marino deberá intentar acercarse de manera casi definitiva a la Primera Federación, pero para ello tendrá que sobreponerse a las particularidades del campo y a su irregular trayectoria esta temporada como visitante.

El conjunto blanquiazul tan solo ha conseguido ganar este curso dos partidos a domicilio. Uno fue a comienzos del campeonato frente a Unionistas sobre hierba sintética y el más reciente contra el Celta B en Barreiro. El resto del balance son cuatro empates y otras tantas derrotas. “Es un punto a mejorar. Los equipos que han estado arriba han tenido números buenos en casa y fuera. A nosotros nos ha costado y en este momento que le equipo ha crecido y sigue creciendo, es una espinita que hay que sacársela”, reconoció ayer Borja Granero sobre el rendimiento del equipo lejos de Riazor.

Fue en campos parecidos al de Miramar donde el Deportivo se encontró este curso las mayores complicaciones, a pesar de las insistencia de la plantilla en restarle importancia a sus especiales características. “No puede ser el aspecto sobre el que gire la preparación del partido. Los equipos buenos de Segunda B tienen salidas difíciles y ganan partidos. Nosotros tenemos que hacer lo mismo. No puede ser todo el trabajo de esta semana en si el campo va a estar así o asá. Centrarnos en las pequeñas batallas dentro del partido y sacar el máximo nivel competitivo”, reflexionó Borja Granero.

La experiencia más reciente fue hace dos semanas contra el Langreo, donde el conjunto de Rubén de la Barrera no consiguió imponerse a través de su juego. Así llegó una derrota inesperada que redujo el colchón de puntos del que disfrutaba por entonces para acceder a la Primera Federación.

Ese tropiezo puso en alerta al equipo, obligado a ganar al Numancia para no verse en un aprieto aún mayor. Fue uno más de los episodios de una temporada en la que los tropiezos lejos de Riazor han condicionado las opciones de los blanquiazules.

Esa tendencia, sin embargo, se ha atenuado en el último tramo de la temporada, cuando el equipo enlazó cuatro triunfos consecutivos, entre ellos el que logró frente al filial del Celta B.

El Deportivo, sin embargo, se encontrará con otro condicionante recurrente a lo largo de todo el curso. El Marino ya no tiene opciones de alcanzar las posiciones que permiten disputar el curso que viene la Primera Federación, por lo que afrontará tres jornadas de trámite. Su única motivación será imponerse al que al comienzo de la temporada era el principal aspirante al ascenso. “No se juegan nada, pero no conozco ningún equipo que no salga al campo a no ganar un partido. La clave estará en nosotros. Superar dificultades, dar ese pasito fuera de casa, que no hemos encontrado esa regularidad. Es un partido complicado aunque no se jueguen nada”, indicó Granero. “Ser el Deportivo conlleva estas cosas. La motivación del rival es máxima, siempre se quiere ganar y tenemos que jugar con eso. Saber que cada partido que jugamos es el partido del año para el rival. Y hay que saber llevarlo”, añadió.

Vuelta al trabajo sin Borja Galán

La plantilla deportivista retomó ayer los entrenamientos en la ciudad deportiva de cara al partido del domingo contra el Marino de Luanco con la ausencia de Borja Galán. El atacante inició la semana al margen del resto de sus compañeros debido a los problemas musculares que arrastra y que le impidieron participar en el compromiso frente al Numancia de la jornada pasada. Borja Galán hizo trabajo específico en el interior de las instalaciones y se le pudo ver sobre el césped acompañado del readaptador de la primera plantilla, Fran Molano. El jugador madrileño tiene complicado llegar así al partido contra el Marino y dependerá de su evolución durante los próximos días. En la sesión de ayer tampoco participó Derik Osede, descartado para lo que resta de temporada. El equipo se entrenará esta mañana en el estadio de Riazor a puerta cerrada para preparar el encuentro frente al Marino.