Apenas ha habido respiro para el Deportivo esta temporada. Ni siquiera cuando parecía que lo tenía todo de cara ha sido capaz de cumplir con las expectativas, pero hoy tiene en su mano ahorrarse un follón en la última jornada. Esta tarde no le queda otra que ganar al Langreo en Riazor (19.00 horas) para dar carpetazo a un curso plagado de decepciones y garantizarse una plaza el curso que viene en la Primera Federación gracias al empate de ayer entre Racing y Numancia. Lo contrario sería alargar una pesadilla que él mismo se ha buscado.

El colchón del que disponía se ha esfumado con tropezones imprevistos como el de la semana pasada en el campo del Marino de Luanco, un equipo sin nada ya en juego, plagado de bajas y al que fue incapaz de crearle oportunidades. Las que tuvo las desaprovechó con un juego insulso que ha convertido en un espejismo aquella reacción de finales de la primera fase.

El fiasco reciente hay que apuntárselo en parte a Rubén de la Barrera, prisionero de unas carencias en la plantilla cada vez más evidentes. Tiene poco a lo que agarrarse este Deportivo, pero el técnico apenas le ha aportado certezas más allá de una presión adelantada que se vuelve ineficaz en escenarios como el que le planteó el Marino y posiblemente le proponga también esta tarde el Langreo.

Tampoco se juega nada el conjunto que dirige Ángel Rodríguez, más allá de verse en Riazor y amargarle la existencia a los blanquiazules. El Dépor necesitará una versión convincente después de semanas en las que su fiabilidad ha quedado en entredicho por una marcha irregular en la segunda fase que le ha llevado a dilapidar el colchón del que disponía para amarrar sin apuros una de las plazas en la futura Primera Federación.

El juego ha sido discreto, incluso muy pobre por momentos, sostenido por arreones de los jugadores más determinantes. A Rubén de la Barrera, sin embargo, le faltará esta tarde uno de ellos.

Keko Gontán no participará contra el Langreo debido a una lesión muscular y está por ver qué ocurre con él frente al Numancia si esta tarde el desenlace no es el esperado en Riazor. Los precedentes sin el madrileño no son nada buenos, pero es que el Deportivo tampoco ha encontrado demasiadas referencias individuales a lo largo del curso.

La única en este tramo decisivo es Mujaid, sostén defensivo que el equipo tampoco ha sido capaz de aprovechar para mostrar un mayor atrevimiento en ataque. Para eso le falta precisión, fluidez y rapidez en el juego. Necesitará una pizca de todo esta tarde ante el Langreo para no pasarlo mal y contentar a los alrededor de 5.000 aficionados que estarán en Riazor.