El Deportivo cerró ayer una temporada para olvidar. Al final se quedó muy lejos de la meta que se marcó cuando arrancó el campeonato. El objetivo era el ascenso y ni siquiera se ganó la oportunidad de pelear por él. Lo que hizo fue bregarse por evitar otro descenso y garantizar al menos el curso que viene una plaza en la futura Primera RFEF. Lo consiguió ayer después de vapulear al Langreo en un partido en el que anotó de golpe casi un cuarto de los goles que ha marcado en toda la temporada. Fue como un premio de consolación que tanto la plantilla como parte de la afición celebraron, quizá más como síntoma de alivio después de un curso plagado de sinsabores.

El Deportivo se quitó un peso de encima y espantó con una goleada los fantasmas de presentarse en Soria el próximo domingo con los deberes sin hacer. Se notó por cómo lo celebraron los jugadores y el cuerpo técnico nada más finalizar el encuentro contra el Langreo, tras complicarse más de lo que les hubiera gustado la segunda fase del campeonato.

7

Deportivo 5 - 0 Langreo Víctor Echave

Por primera vez se desató el equipo blanquiazul esta temporada, quizá en su actuación más contundente La otra fue en Barreiro contra el filial del Celta, al que también goleó con una versión parecida a la mostró ayer contra el Langreo en Riazor. Al Deportivo, sin embargo, le costó arrancar ante los asturianos. Pesó la incertidumbre, pero sobre todo las imprecisiones que mostró el conjunto de Rubén de la Barrera en el comienzo

El juego tardó en ser fluido y todo se desarrolló a trompicones hasta que Miku cazó de tacón un centro de Héctor Hernández. A partir de ahí respiró el Deportivo, que se desataría en la segunda mitad. Los cinco goles de ayer representan casi un cuarto de todos los que ha marcado el equipo este curso (22), en el que ha sido uno de los principales lunares.