Nada tiene que celebrar el Deportivo en una temporada tan decepcionante. Fracasó en su objetivo irrenunciable de regresar a la Segunda División, pero después de tantas decepciones seguidas y tanto sufrimiento acumulado Riazor respiró aliviado porque la agonía terminó con el mal menor de la Primera RFEF, y sin tener que jugárselo todo en Soria en la última jornada. La visita a Los Pajaritos del próximo domingo será un trámite para el Dépor gracias al empate del Numancia en Ferrol y a la abultada victoria de ayer frente al Langreo, cuya resistencia duró media hora. Miku lideró la fiesta de consolación, a la que también se apuntaron Granero, Borges y Adri Castro con sendos goles. Manita contra el terror. Alivio por evitar un nuevo descenso. Punto y aparte para empezar desde ya a modelar el nuevo Dépor 2021-22, un proyecto en el que ya no estarán la mayoría de los futbolistas que ayer le metieron cinco al Langreo.

El delantero Miku, tras marcar su segundo gol al Langreo. | // VÍCTOR ECHAVE

Hasta el primer gol de Miku estaba siendo el Dépor de casi siempre, con más hambre e intención pero con los mismos problemas para superar líneas y encontrar caminos hacia el área contraria por la vía del buen fútbol. Poca fluidez y muchas imprecisiones. Y eso que Rubén de la Barrera decidió salir a por todas cargando el ataque con Lara, Rayco y Raí para ganar amplitud y profundidad con las que tratar de conectar con Miku. En el banquillo: Borges, Uche, Nacho y Beauvue. Cuatro teóricos pilares al inicio de curso sin sitio en el partido más importante de la temporada, una demostración del despropósito de campaña del Deportivo a todos los niveles.

Rayco, en pugna con el balón con un futbolista visitante. | // V. ECHAVE

El equipo coruñés salió dispuesto a morder, con una marcha más que un Langreo que no se jugaba nada más allá del orgullo de hacer el mejor partido posible en un escenario como Riazor. Espoleado por los 5.000 que estaban en las gradas, a base de empuje y con la línea de presión muy alta el Dépor generó pronto sus primeras llegadas. A los cuatro minutos casi marca Miku a pase de Lara, pero el remate del venezolano, picado, se marchó por encima de la portería asturiana. Poco después fue Raí el que acarició el gol con un zapatazo lejano que obligó al meta Dennis a hacer una gran intervención para alejar el peligro.

Tras esos dos sustos el Langreo se fue poco a poco recomponiendo, incluso hasta el punto de discutirle la posesión de balón al Deportivo. Los asturianos pisaron más campo contrario y se acercaron al área de Lucho, que respondió con seguridad a un par de disparos de David Iglesias, el más activo de los visitantes en ataque. Al Dépor le faltaba desequilibro en campo contrario pese a los intentos de Raí, Lara y Rayco por desbordar. Entre los tres trataron de compensar la importante baja de Keko, el futbolista más desequilibrante del equipo coruñés, con más voluntad que ideas hasta que el conjunto coruñés logró ponerse por delante en el marcador. Hasta el gol jugó demasiado ansioso, cometiendo muchas imprecisiones que el Langreo supo aprovechar para defender con la pelota en ciertas fases.

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El Deportivo se libera con una goleada al Langreo (5-0)

Una falta lanzada fuera por Rayco fue la antesala del 1-0. Nació de un centro regular de Bóveda desde la derecha, pero se acabó gestando de verdad en la izquierda, donde Héctor apareció como un avión para conectar con Miku. Su remate, de tacón, abrió la lata a la media hora y quitó un gran peso de encima a los blanquiazules, mucho más cómodos en la recta final de la primera mitad. Lo más difícil, que era ponerse con ventaja en el marcador, estaba hecho. Acabaron bien el primer acto y empezaron aún mejor el segundo, con el gol de Granero, el primero en su cuenta particular. Falta bien colgada por Héctor desde la derecha y perfecto cabezazo del central valenciano sin oposición (m.46).

Con el 2-0 el sueño del Langreo de rascar algo en Riazor se convirtió en una misión imposible. El Dépor no levantó el pie del acelerador pese a su cómoda ventaja. Siguió insistiendo en busca de un tercer gol con el que dejar el encuentro finiquitado. Lo tuvo en sus botas Lara, que perdonó el 3-0 al culminar una contra clara con un lanzamiento demasiado alto, pero el que no falló fue Miku solo cuatro minutos después, en el 63. Gran asistencia de Rayco y remate perfecto del pichichi blanquiazul, abajo y ajustado. Imparable.

El partido ya estaba sentenciado. Casi sobró la última media hora, que le sirvió a De la Barrera para realizar su carrusel de cambios. Desde el banquillo Borges y Adri Castro se sumaron a la fiesta con sendos goles. De falta directa marcó el costarricense, con un zapatazo a la escuadra, y de cabeza completó la manita el fabrilista. El Langreo ya hacía mucho tiempo que estaba derrotado, en realidad casi toda la segunda parte, desde el 2-0 de Granero. No mereció irse con media decena en la mochila, pero es que al Dépor se le cayeron de golpe los goles en la penúltima jornada. 22 en toda la temporada y cinco en un solo día. Llegan tarde, muy tarde, pero por lo menos sirven para renovar el billete en el tercer escalón del fútbol nacional, triste consuelo y colofón para una temporada tan lamentable.