Miku fue uno de los protagonistas de la goleada del Dépor al Langreo con dos de los cinco tantos —uno dedicado al exconsejero Ricardo González, al que se lo había prometido— del equipo blanquiazul. El venezolano valoró positivamente el hecho de haber conseguir el objetivo secundario, reconoció que el apoyo del público en la grada, con 5.000 aficionados en Riazor, fue un factor diferencial y se dejó querer para el año que viene: “Por mí no va a haber problemas, pero el club tiene que tomar una decisión”.

“Ha sido duro, entramos en la competición tarde y el formato tampoco nos beneficiaba. Pero hoy teníamos la opción de conseguir el objetivo secundario, el equipo estuvo bien y lo hemos sacado”, indicó.

El delantero se debatió entre la “alegría” por firmar el objetivo, aunque fuese “secundario”, y la autocrítica a partir de la que crecer: “Somos conscientes de lo que ha ocurrido todo el año y tenemos que saber en qué momentos no hemos estado bien. La apuesta era ascender y no ha sido así por muchas razones. Lo mínimo era ir a por esto y el año que viene habrá que prepararlo mejor porque el objetivo será el mismo”.

Miku dejó abierta la puerta a seguir en el Dépor. “Yo vine a ayudar y no me bajo del barco cuando la cosa se pone fea”, aseguró aunque también dijo que el verano “va a ser muy largo”. “Por mi parte no va a haber ningún problema, pero el club tiene que tomar una decisión”, zanjó y confirmó que está muy a gusto en la ciudad. Más desde ayer que sabe lo que es jugar con la afición a su favor. “Los equipos grandes tienen esa masa social que los diferencia. Los humildes venían y no se notaba. Los 5.000 fueron otra cosa. Yo que he venido a jugar en contra, se nota bastante. Es un factor diferencial”, concluyó.