Peores partidos que el de Soria, bastantes, completó el Deportivo a lo largo de esta temporada recién finalizada, sobre todo fuera de casa, donde en varios campos cayó con total justicia y sin apenas plantar cara al rival ni asomarse a la portería contraria. Ayer, en cambio, no mereció perder. Planteó un partido serio en Los Pajaritos. Nada de dejarse ir. No bajó los brazos antes de tiempo pese a llegar a la última jornada con el billete a la Primera RFEF ya sellado, el mal menor para esta campaña tan decepcionante. Triste consuelo para los coruñeses y anhelo ya inalcanzable para los sorianos, que hace unos meses también estaban en Segunda. El Numancia se jugaba la vida, pero el Dépor no le alfombró en absoluto su camino hacia una victoria que le acabó resultando inútil por el triunfo del Racing de Ferrol en Luanco.

Lara, que entró en la recta final, protege del balón sobre el césped de Los Pajaritos. | // LOF

Hasta el 1-0, en el que Carlos Abad colaboró involuntariamente con su pifia, el partido de los blanquiazules estaba siendo más que decente, generando algunas ocasiones y sin conceder demasiadas al rival. Pese a la derrota, el Dépor compitió con dignidad, algo que ni siquiera tuvo en muchos partidos de la temporada. El Numancia ganó porque se encontró con ese regalo del gol, pero en líneas generales no fue para nada superior a un equipo coruñés bien plantado y con ganas de cerrar el curso con buenas sensaciones.

El fabrilista Adri Castro conduce el balón durante el partido contra el Numancia. | // LOF

Las siete bajas, entre ellas las de algunos hombres tan importantes como Mujaid, Keko o Miku, condicionaron la alineación de Rubén de la Barrera. Muchas novedades, empezando por la portería y acabando en la delantera, con Adri Castro como principal referencia ofensiva. Se movió bien el cambrés, tirando buenos desmarques y bajando a recibir de espaldas para oxigenar a sus compañeros. El hasta ayer fabrilista fue el primero en probar suerte en el disparo con un lanzamiento desde fuera del área que se perdió por encima de la portería de Ximo. Luego participó junto a Rayco en una contra bien trenzada que culminó Borges con un remate defectuoso.

El Dépor salía enchufado, bastante mejor que el Numancia, que tardó más en entrar de lleno en el partido. Le agarrotó su necesidad de tener que ganar sí o sí, ese gran peso que tantas veces lastró al Dépor a lo largo de esta temporada para olvidar. Lejos de Riazor casi siempre se comportó como un equipo vulgar, del montón, incapaz de demostrar su teórica superioridad. Ayer, en cambio, ofreció una buena imagen. No brillante, pero sí lo suficientemente digna como para haber rascado un resultado positivo en Los Pajaritos, por lo menos un empate.

Desahogado por tener ya certificada la permanencia en el tercer escalón del fútbol nacional, el equipo coruñés trató de llevar la iniciativa y quitarle la pelota al Numancia, que aun así también tuvo sus ocasiones en el tramo inicial, más por empuje e intención que por fluidez. Asier Benito perdonó el 1-0 con un remate de cabeza que se le marchó arriba y poco después, a la media hora de juego, fue Borja López el que acarició el gol tras un saque de esquina. La réplica, también desde el banderín de córner, la protagonizó Borges, cuyo remate en el segundo palo obligó al guardameta Ximo a tener que hacer una gran parada para evitar el gol.

Fue la antesala del 1-0. Nació de una falta escorada, prácticamente un córner. El envío de Andrés García, muy cerrado, se envenenó y acabó sorprendiendo a Carlos Abad, que pifió en su salida. Así terminó una primera parte en la que el Deportivo no mereció irse a la caseta por debajo en el marcador. Se sintió más cómodo que de costumbre fuera de casa, con Álex, Villares y Borges imponiéndose en la zona ancha para conectar con los de arriba y generar llegadas al área.

Tras el descanso, más de lo mismo. Al Dépor solo le faltó el gol. Cerca estuvo de lograrlo Salva en un par de llegadas al área. A la segunda batió a Ximo, pero el tanto no subió al marcador por fuera de juego. Al Numancia le entraron los miedos. Sabía que el Racing iba ganando en Luanco, pero por si marcaba el Marino solo se preocupó de defender el 1-0, prácticamente renunciando al ataque. Con el paso de los minutos retrasó líneas y cedió aún más la iniciativa al Deportivo, que en la recta final levantó un poco el pie del acelerador. Solo Borges, con otro cabezazo desviado, estuvo verdaderamente cerca de empatar. Pocas ocasiones blanquiazules en la última media hora y menos aún rojillas, solo un disparo potente de Menudo que Carlos Abad desvió bien colocado.

El carrusel de cambios sirvió para que el debutante Iván Guerrero disfrutara de sus primeros minutos con el primer equipo del Deportivo y para ver en acción a futbolistas con muchas papeletas para no continuar, como Nacho, Lara o Uche. El nigeriano jugó al ralentí, como toda la temporada, para bajar aún más el ritmo del partido en una recta final en la que el Numancia se protegió y el Dépor tampoco quiso hacer demasiado daño pese a los escarceos de Lara por banda. El 1-0 no se movió, pero esta vez acabó llorando el vencedor, no el derrotado.