El Deportivo acometerá este verano la reconstrucción obligada de una plantilla que se quedó lejos de alcanzar la meta del ascenso. Será un equipo diseñado a imagen y semejanza de Rubén de la Barrera para afrontar de nuevo con garantías el regreso al fútbol profesional, pero sujeto a una serie de condicionantes que el club deberá afrontar a lo largo de las próximas semanas.

Los contratos todavía vigentes, la reducción del presupuesto asignado a la plantilla y las propias normas impuestas por la Federación para todos aquellos que se estrenen el curso que viene en la Primera RFEF, sustituta de la Segunda División B, jugarán un papel destacado en la confección de la plantilla con la que contará Rubén de la Barrera, todavía pendiente de renovar su contrato.

El técnico coruñés advirtió que su principal deseo es disponer de un equipo competitivo para afrontar con garantías el objetivo del ascenso, pero el club no podrá mantener el esfuerzo económico efectuado en la temporada recién finalizada. Las enormes pérdidas presupuestadas para el ejercicio en vigor —nueve millones de euros— obligarán a una reducción del gasto. Eso llevará aparejada menor inversión en la plantilla y una atención mayor a los recursos disponibles en la cantera.

Precisamente el papel de los canteranos podría ser clave para cumplir con los requisitos que imponga la Federación a todos los conjuntos que participen en la Primera RFEF. La propuesta inicial trasladada a los clubes, aunque todavía pendiente de confirmarse y de ser oficial, es que todos los equipos debían contar con al menos ocho fichas sub 23 en sus filas.

Solo dos de los jugadores actualmente con contrato en vigor en la plantilla (Diego Valín y Yago Gandoy) cumplen con ese requisito, por lo que el club deberá atender también a ese condicionante para cuadrar números y ajustar el equipo a las normas que imponga la Federación.

La dirección deportiva se encontrará además con la circunstancia de que perderá a dos jugadores que la campaña pasada cumplían con ese requisito. Uno es el portero Lucho García, que tiene contrato en vigor y todas las papeletas para continuar, pero que superará la barrera de los 23 años. El otro es José Alonso Lara, cuya cesión con el Sevilla finaliza y abandonará la plantilla deportivista.

Abegondo aparece así como un recurso para ajustar el coste del equipo y a la vez nutrirlo de jugadores sub 23, pero el club todavía deberá encajar una pieza más del puzle. Hay un amplio número de jugadores con contratos en vigor para el curso que viene (Lucho García, Carlos Abad, Bóveda, Héctor, Granero, Álex Bergantiños, Borges, Valín, Gandoy, Borja Galán, Villares, Adri Castro, Mujaid, Salva Ruiz, Uche, Nacho González, Keko, Beauvue, Rolan y Cartabia) y no todos tendrán cabida. Especialmente conflictivos para el diseño de la plantilla serán aquellos que tienen varios años firmados fruto de la apuesta efectuada el pasado verano por la dirección deportiva, que lo fió todo a un ascenso no materializado y que condicionará el futuro.

Cinco jugadores acaban contrato con el final de la temporada

Las únicas bajas que se han producido hasta el momento en el Deportivo son aquellas derivadas de la finalización de contratos. Este curso es algo excepcional, porque el grueso de la plantilla tiene todavía vínculo en vigor con el club. Los que en principio finalizan su relación son Derik, Raí Nascimento, Miku, Rayco y José Alonso Lara.

Cada caso es diferente y en alguno incluso se podría dar la circunstancia de que se negocie una ampliación. Miku, por ejemplo, ha mostrado su voluntad de seguir después de un segundo tramo de temporada en el que ha acabado como pichichi, mientras que Lara dependería de lo que decida el Sevilla dado que su cesión termina el próximo 30 de junio. 

Además de la finalización de contratos, la salida que más cercana se presenta es la de Mujaid. El club tiene prácticamente cerrado un acuerdo con el Genk para que el central riojano se marche al fútbol belga por una cantidad cercana a los dos millones de euros. El traspaso del defensa, que acaba su contrato el curso que viene, ayudará a mitigar las dificultades financieras que atraviesa la entidad deportivista. Este ejercicio, según los cálculos efectuados por el consejo de administración, las pérdidas ascenderán a nueve millones.