El proyecto del Deportivo para afrontar la temporada que viene ni siquiera ha arrancado, pero antes de nacer ya está rodeado de dudas. Rubén de la Barrera se presentaba como el elegido por el club para pilotar desde el banquillo el segundo asalto al fútbol profesional, pero su renovación no se ha terminado de materializar dos semanas después de que el equipo se garantizase una plaza en la Primera RFEF y una desde que finalizó el campeonato con la derrota en Soria, hasta el punto de que resulta muy complicado que siga.

El técnico coruñés sería la figura sobre la que descansaría el proyecto del máximo accionista (Abanca), pero su continuidad no se ha acabado de cerrar al mismo tiempo que ha aflorado el supuesto interés de conjuntos de superior categoría.

A Rubén de la Barrera se le ha relacionado en concreto en los últimos días con la Unión Deportiva Las Palmas, cuyo banquillo lo ocupa actualmente el exdeportivista Pepe Mel. Ese presunto acercamiento, sin embargo, choca con las intenciones del conjunto canario, cuya prioridad es que Mel amplíe su contrato para la temporada que viene. El que fuera entrenador blanquiazul mantendrá incluso una reunión esta semana con el director deportivo de Las Palmas, Luis Helguera, para tratar su futuro.

Los contactos también se sucedieron en las últimas semanas entre la cúpula deportivista y Rubén de la Barrera, que en varias ocasiones reconoció la buena sintonía existente con la directiva. Esas intenciones, sin embargo, no terminaron de fructificar en un nuevo contrato para que el coruñés fuera el encargado de liderar el proyecto y el club se ha lanzado a explorar otras alternativas para el banquillo.

De la Barrera tenía sobre la mesa una propuesta para ganar protagonismo en la planificación de cara al curso que viene, pero su principal interés, más allá de las atribuciones que pudiera tener, era contar con una plantilla lo suficientemente competitiva para afrontar el objetivo obligatorio del ascenso a Segunda División. Así lo manifestó en sus últimas comparecencias antes de que finalizase la competición.

Su mayor preocupación era saber si contaría con un conjunto lo suficientemente fuerte para cumplir con la exigencia de regresar al fútbol profesional a pesar de los ajustes que se avecinan en el club en los próximos meses. El presidente, Antonio Couceiro, ya advirtió de que la inversión en la plantilla será menor para poder afrontar las pérdidas presupuestadas este ejercicio (nueve millones de euros).

El modelo estará basado en la cantera, lo que obligará a un ajuste de la plantilla actual. El deseo del consejo de administración consistía en que Rubén de la Barrera también fuera partícipe de ello si finalmente, pero la renovación del técnico coruñés se ha truncado de manera abrupta.

La etapa de De la Barrera se cerrará así con un paso efímero después de sustituir a Fernando Vázquez. Su llegada no se tradujo en resultados inmediatos y el equipo no consiguió ni siquiera clasificarse para pelear por el ascenso en el play off.

El rediseño de la plantilla, sujeto a lo que ocurra en el banquillo

El Deportivo deberá afrontar de manera obligatoria este verano la reconstrucción de la plantilla después de que no se materializara el regreso al fútbol profesional. El inquilino del banquillo, en este caso Rubén de la Barrera, se perfilaba como figura fundamental para dar forma al equipo del curso que viene. Lo que ocurra con el entrenador será así determinante para la configuración de una plantilla a la que se destinarán menos recursos que esta temporada. El esfuerzo económico efectuado este año no se podrá repetir debido a las pérdidas que arrastra el club, presupuestadas para este ejercicio en alrededor de nueve millones de euros. Eso obligará a replantear la continuidad de algunos jugadores, especialmente la de aquellos que supusieron una apuesta económica fuerte con contratos además de larga duración. El Deportivo se verá empujado a esa reconstrucción no solo por motivos financieros, sino también por la normativa de la Primera RFEF. La idea de la Federación es que todos los equipos que participen en la competición que sustituirá a la Segunda División B cubran al menos ocho de las fichas de la plantilla con jugadores menores de 23 años. Actualmente, el equipo solo cuenta con dos (Valín y Gandoy).