Los caminos de Richard Barral y el Deportivo estaban destinados a separarse pronto, como muy tarde al final de este verano, pero la ruptura se consumó antes de lo previsto. Ya es un hecho. El hasta ayer director de fútbol y arquitecto de la plantilla que no pudo regresar a las categorías profesionales se desvincula del Deportivo en su segunda etapa en la entidad coruñesa, a la que volvió en enero de 2020 de la mano del anterior presidente, Fernando Vidal, para tratar de reflotar al equipo en pleno hundimiento camino de Segunda B.

Richard continuó en el club en los últimos meses pese al relevo total en el consejo pero fue perdiendo protagonismo, más aún desde el nombramiento de Carlos Rosende como nuevo secretario técnico. Aun así, la idea del Dépor era que Barral ayudara a solucionar la desvinculación de varios jugadores fichados por él y a los que el club deberá dar salida este verano para equilibrar la plantilla, no solo desde el punto de vista deportivo, sino sobre todo desde el económico. Sin embargo, esa ya no será tarea suya.

El club anunció anoche que ambas partes habían “acordado poner punto final a su vinculación contractual”, según apuntó en una nota pública en la que también quiso “agradecer a Richard su profesionalidad y deportivismo, volviendo a trabajar para la entidad en una situación tremendamente complicada en la que siempre antepuso la defensa de los intereses de un Real Club Deportivo que le desea el mayor de los éxitos en sus futuros proyectos profesionales”. El ya exresponsable deportivo regresó al club en enero de 2020 tras una primera etapa que se cortó también de manera abrupta, desde junio de 2014 hasta enero de 2018, con Tino Fernández en la presidencia.

Barral ya había quedado marcado por los resultados deportivos de esta campaña con un ingente gasto económico y con el equipo asegurando de manera ajustada una plaza en la Primera RFEF o, lo que es lo mismo, la permanencia en el tercer escalón del fútbol nacional. Su importancia en el organigrama deportivo había descendido desde la entrada del nuevo consejo de administración de Antonio Couceiro y más aún en las últimas semanas en las que el nuevo secretario técnico, Carlos Rosende, ha asumido todas las gestiones en la búsqueda del nuevo entrenador con Borja Jiménez y Yago Iglesias como grandes candidatos.

Tras las salidas de Alfonso Serrano, mano derecha de Richard Barral desde el verano pasado hasta que recientemente decidió cerrar su etapa en A Coruña para firmar por el Albacete, y Rubén de la Barrera, ahora le ha llegado el turno a Barral, que tenía pactado en su contrato la posibilidad de acordar con el club una desvinculación al término de la presente temporada. Con el final de la etapa de Barral, la dirección deportiva blanquiazul sufrirá una profunda renovación.