Deportivo y Borja Jiménez avanzan en sus negociaciones a falta de que se materialice un acuerdo que permita anunciar al sustituto de Rubén de la Barrera. Faltan por pulir los detalles de un contrato que las dos partes han discutido desde comienzos de semana y que se espera que cristalice de manera inminente para poder avanzar en el trabajo pendiente que tiene el club por delante.

El Deportivo entregará su proyecto a Borja Jiménez con el objetivo irrenunciable de regresar al fútbol profesional tras el fiasco que ha supuesto esta temporada. Atendiendo a esa meta, su elección se presenta como la más lógica en vista de la trayectoria del joven técnico abulense en los últimos años. Los ascensos recientes con Mirandés y Cartagena lo colocaron como el favorito del club por delante de Yago Iglesias, la otra opción que se manejó para el banquillo desde los despachos de la plaza de Pontevedra. La experiencia de Borja Jiménez para lidiar con situaciones como la que se encontrará en A Coruña este curso ha terminando inclinando la balanza en su favor a pesar de lo atractiva que se presentaba la propuesta de Iglesias por su labor en el Compostela.

El que será nuevo entrenador del Deportivo, sin embargo, deberá lidiar con las expectativas que se depositarán en el proyecto y al mismo tiempo con las que estarán puestas sobre él. Sus éxitos recientes, con dos ascensos consecutivos desde Segunda División B al fútbol profesional, representan su mejor carta de presentación, pero también supondrán un punto de partida exigente para su etapa en A Coruña.

Los antecedentes marcarán sus primeros pasos en el Deportivo, centrados en la planificación de una temporada que ya acumula semanas de retraso. La abrupta ruptura con Rubén de la Barrera paralizó de sopetón el diseño de la plantilla, encaminado en las conversaciones que el técnico coruñés había mantenido para su renovación. Ahora esa tarea será responsabilidad de Borja Jiménez para sentar las bases de una campaña exigente.

Trabajará de la mano del nuevo secretario técnico, Carlos Rosende, decisivo en su elección para el banquillo después de la pérdida de protagonismo de Richard Barral y su posterior desvinculación del club. Fue Rosende quien capitaneó el proceso para la búsqueda de entrenador tras el divorcio con De la Barrera y quien se entrevistó con los candidatos para posteriormente trasladar una propuesta al consejo de administración.

Entre los dos deberán dibujar las líneas maestras de un equipo que tendrá que adaptarse a la nueva realidad financiera de la entidad y a las normas que impondrá la Federación para competir en la Primera RFEF. Las salidas serán obligatorias para liberar aquellas fichas más elevadas y algunos contratos de larga duración que ahora representan un condicionante en la planificación. Eso iba a ser tarea de Richard Barral hasta que acordó su salida con el club.

Está por ver el papel que tendrá Borja Jiménez en la confección de la plantilla. Estaba previsto que Rubén de la Barrera asumiera un papel protagonista en esa parcela la temporada que viene Así lo había planteado el consejo de administración, pero no está claro que el nuevo técnico vaya a tener la misma influencia. Jiménez, sin embargo, ha demostrado capacidad de adaptación a diferentes recursos desde que despuntó en el Rápido de Bouzas y lo llevó a su mejor clasificación histórica. En el Mirandés contó con otro tipo de plantilla y logró desarrollar un juego combinativo que desembocó en un ascenso a Segunda División, igual que en el Cartagena el curso pasado.