Hoy son Peke, Guille Bueno, David Mella o Jairo Noriega y en su día fueron Juan Domínguez, Juan Carlos, Insua o Raúl Carnero. El campeonato de juveniles del equipo de Óscar Gilsanz empuja a echar la vista atrás y a reparar en las últimas generaciones blanquiazules que fueron imbatibles en el grupo noroeste, las de 2008 y 2010, y en cómo fue su día después, ese cuello de botella que supone el salto al primer equipo, ahora que el Dépor busca un giro hacia un modelo de cantera. Solo Juan Domínguez logró afianzarse entre los mayores durante varias temporadas y llegaron a debutar futbolistas como Juan Carlos, Insua, Uxío o Raúl Carnero, entre otros, pero por unas u otras razones sus estadías en Riazor acabaron siendo fugaces. “Ojalá esta nueva generación no se tenga que ir fuera”, anhela el coruñés David Añón, ahora jugador del Talavera, uno de esos futbolistas que hizo cumbre en juveniles, que llegó a vestirse la camiseta del equipo principal y que terminó por labrarse un camino fuera.

Dépor de la 2009-10 con Juan Carlos, Diego Vela o Edu Sousa tras proclamarse campeón. | // CEDIDA POR UXÍO Carlos Miranda

“No perdimos ningún partido en toda la liga, éramos muy completos”, razona Juan Domínguez, la punta de lanza de aquella primera generación en la que, además de Raúl Carnero y David Añón, también estaban David Rochela (ya en dinámica del Fabril), Hugo García, Dani Bea o Marcos Caridad. Algunos hicieron posteriormente carrera en Segunda B y Tercera o en el extranjero, también en el fútbol profesional. Otros dejaron ya la práctica activa. Las palabras de Juan Domínguez tienen el refrendo de los números para aquel equipo entrenado por José Luis Devesa. Ni una derrota y ocho empates en 30 partidos en los que tuvo a Hugo García, ahora en la UD Ourense, como máximo goleador con 27 tantos. El Celta, que vio como el equipo coruñés festejaba el título en A Madroa, se quedó a quince puntos de alcanzarlo. Solo el Sevilla en penaltis (2-2) en la Copa de Campeones y la Real Sociedad en la Copa del Rey le pudieron frenar. “Éramos un equipazo terrible. Luego hubo muy pocas oportunidades”, asevera David Añón.

“Yo fui el único afortunado que pude llegar al primer equipo sin irme cedido. No lo hacía nadie desde Fran”, cuenta Juan Domínguez aportando un dato clarificador antes de realizar un análisis más profundo. “Para mí es un orgullo conseguirlo. Aun así, creo que no habla bien del club y de su gestión de la cantera. Yo tengo buenas palabras para todos los que me formaron en Abegondo, pero por talento y calidad no es. Hay que dar confianza, es la asignatura pendiente”, razona el ahora jugador del PAS Giannina griego con el que todavía tiene un año más de contrato.

El pivote de Pontedeume disfrutó en parte de esa fe en sus cualidades de la que no dispusieron otros. Añón fue, en cambio, uno de los que debieron emigrar sin haber sido testado de manera real con los mayores. Él, pasados los años, prefiere mirar al futuro y pensar en que los nuevos brotes verdes de Abegondo puedan crecer en casa. “Eran otros tiempos, con el primer equipo más arriba, pero dábamos el nivel en todas las competiciones por ahí fuera. Tienen que confiar en ellos, pero de verdad, ser valientes, no pensar que van a entrar el campo y ya van a ser Messi o Maradona”, reclama.

Generaciones sucesivas

Dos años más tarde, también con José Luis Devesa en el banquillo, otro Deportivo juvenil convertía en casi habitual lo que es habas contadas en la historia del club. Un grupo de proyecto de futbolistas, con exponentes como Juan Carlos, Diego Vela, Álex Pérez, Edu Sousa o Kike Royo (Badajoz) completado con perlas de otras generaciones como Insua o Iago Beceiro, se alzaba de nuevo con el título. Esta vez fue el Racing de Santander el que le siguió a distancia. Solo una derrota y 75 puntos para un equipo intratable durante toda la temporada. El Valencia le apeó de la Copa de Campeones (1-2) y fue el Athletic el que lo eliminó en cuartos de la Copa del Rey tras dejar fuera en la ronda previa a la Real Sociedad.

En aquel equipo con muchos futbolistas de tercer año se coló también un joven Uxío, contemporáneo de Lemos y Luis Fernández, que más tarde debutaría en el primer equipo en la temporada 2013-14 de la mano de Fernando Vázquez. Ya retirado a sus 28 años, lo primero que recuerda es que era “de los mejores vestuarios” que se encontró nunca en su carrera. “Había un gran ambiente y a mí, que era más joven, me acogieron muy bien”, relata. También ayudaba la vertiente futbolística. “Era muy divertido. Jugábamos bastante bien. Hubo futbolistas que hicieron un añazo”, cuenta.

Uxío sigue la línea de Juan Domínguez y David Añón. Más que materia prima, lo único que hace falta para aumentar la cuota de canteranos en el primer equipo del Deportivo es creer. Apuesta y filosofía, un binomio que debe ser firme y que no admite matices. “El problema es ese paso final. Hay que decirles ‘confío en ti y te voy a dejar un hueco en la plantilla’. No les puedes subir un día y a ver si hay suerte”, reafirma. Todos añoran que las nuevas generaciones tengan esa oportunidad real que casi ninguno pudo disfrutar.