Pocos futbolistas tan queridos por el deportivismo como Zoran Stojadinovic (Belgrado, 1961), el héroe del ascenso de 1991 con su doblete ante el Murcia. En realidad marcó tres, el primero mal anulado por el colegiado González Lecue porque “no era fuera de juego”. Han pasado 30 años pero el serbio tiene fresca en su memoria la película de aquel histórico episodio: “Lo tengo tan metido, que no olvido ni un detalle”. La tensión, el incendio, los goles, las celebraciones… Todo nítido sin necesidad de repasar las imágenes. La última vez que las vio fue el pasado 25 de abril, un regalo extra para endulzar su 60 cumpleaños. El exdelantero blanquiazul, ahora representante de futbolistas, se mantiene en forma y atiende al teléfono mientras hace ejercicio en un gimnasio de Belgrado.

¿Qué se siente al hacer feliz a toda una ciudad, a toda una afición?

Yo fui máximo goleador de liga con el Rapid [de Viena], luego estuve en Mallorca, subimos con el Mallorca, pero no sé, algo especial está en la gente de A Coruña, algo especial viví aquel día, aquellos años. Es inolvidable. Si me dices cuáles son los momentos más dulces de mi carrera deportiva, sin duda es el Deportivo. Luego tuve problemas, con Boronat y tal, pero aun así me quedo con A Coruña y con el Deportivo para toda la vida.

Stojadinovic, tras marcar su segundo gol al Murcia, el definitivo LO

¿Suele repasar las imágenes de aquel partido contra el Murcia?

Normalmente no, porque las tengo muy bien guardadas en mi cabeza. Recuerdo cada movimiento en los goles y todo el ambiente que se vivió aquel día en A Coruña. La última vez que vi el vídeo fue el 25 de abril, cuando cumplí 60.

El Dépor llevaba 18 largos años sin estar en Primera, ¿la responsabilidad y la tensión eran máximas?

Mucha tensión y mentiría si no dijese que bastante miedo. Hostia, salimos allí un poco acojonados porque, uf, si no subíamos, sería un fracaso. Pero bueno, finalmente salió todo bien. Empezó con el incendio en la grada y dijimos ‘a ver qué pasa ahora’, pero gracias a dios todo salió bien.

El partido se detiene a los dos minutos por el incendio y tarda tres cuartos de hora en reanudarse, ¿más tensión todavía por el parón?

Sí, sí. Aparte, la gente echaba ajos en el campo. Pensábamos ‘aquí hay algo malo, hay mala historia, ahora un incendio en la grada, a ver si se repite otra vez que no vamos a subir’, pero finalmente todo salió bien. Marcamos los goles justo cuando era lo más importante, porque si marcas en la primera parte se puede complicar y no sabes cómo jugar, si echarte atrás o echarte adelante. El primer gol fue justo al empezar el segundo tiempo y el 2-0 ya los remató.

Con el 0-0 al descanso, ¿qué les dijo Arsenio Iglesias en el vestuario?

En la primera parte nosotros controlamos bien el partido. Ellos apenas se acercaron con Aquino, aquel delantero. Disparó una o dos veces, pero fuera. Tampoco se acercaban y marcamos el primer gol. Yo marqué en la primera parte.

Anulado.

Sí, pero no era fuera de juego. Como Arsenio vio que controlamos bien el partido, en el descanso nos dijo: ‘tranquilidad, el gol llegará’. Y así pasó. Realmente así pasó.

Menuda explosión de felicidad tras el pitido final.

Bueno, aquello… Yo le cuento a mi hija ahora con palabras, pero yo creo que no se puede explicar. Hay que mostrar imágenes para que pueda llegar a entenderlo un poco. Alguien que no vivió aquella tarde y no lo vivió en directo y no estaba en A Coruña, no lo puede describir. Es algo que no se puede olvidar. No pasa un día que no me acuerde de aquella tarde. No es ninguna mentira. Estás comiendo, sale el tema de fútbol y… Esta semana estuve con Stankovic, el que fue extremo izquierdo del Mallorca, y estábamos charlando y le dije: ‘Hostia, Stanko, cómo pasa el tiempo, 30 años del ascenso con el Dépor’. ‘¿Tantos?’, me dijo. Y le digo: ‘Sí, sí. 30 años han pasado’. Cada día con alguien recuerdas aquel día, por lo menos yo, no sé otra gente. Yo aquello no lo olvido. He olvidado muchas cosas del fútbol, del Rapid, del Mallorca, de Amberes, pero aquella tarde no se puede olvidar. Además, tengo cada detalle en mi mente. Cómo surge el primer gol, que Sabino [Sabin Bilbao] sube por la izquierda, lo mete al segundo palo y lo meto. Que luego Kana [Kanatlarovski] me da el pase en profundidad y el portero sale… O sea, lo tengo tan metido, que no olvido ni un detalle.

La gente de A Coruña tampoco lo olvida a usted.

Sí, ya lo sé. Yo creo que cuando pase esta desgracia del coronavirus tengo planes de ir con mi mujer y mi hija a visitar siete días A Coruña. Este año es pronto, pero el año que viene, que espero y todo el mundo espera que el coronavirus nos deje vivir, voy a ir una semana porque hace tiempo que no paso por A Coruña y tengo ganas. Tengo ganas de ver a la gente, el ambiente, la ciudad y todo.

La fiesta duró muchos días.

Bueno… Una fiesta por todo lo alto. Dos semanas después aún estábamos por ahí celebrándolo. Que si esta cena, que si la otra… Y la gente todo el día por ahí festejando.

¿Llegó a sentirse lo más parecido a un héroe, a un ídolo?

Realmente llegué a sentir que la gente me quiere, pero un héroe, un ídolo… No sé. La gente en aquellos días me quería mucho y me sigue queriendo. Incluso los hijos que ni se acuerdan de aquel día me mandan emails, me mandan recuerdos. Y eso es algo para mí muy importante.

¿Cree que sin aquel ascenso no llegaría lo que vino después, el Superdépor, los títulos, los años de Champions?

Hombre, es evidente. Si no llegamos a subir aquel día, no existiría el Superdépor. A lo mejor más tarde, pero lo dudo mucho. Aquello era una puerta abierta. Y claro, luego el mago Lendoiro hizo lo que tiene que hacer un gran directivo de club. Lo ha hecho todo bien. Ha fallado en algunas cosas como toda la gente, pero en general, el 90%, lo ha hecho muy bien.

¿Qué siente al ver ahora al equipo en la tercera categoría nacional?

Nos da pena. A ver si el año que viene subimos a Segunda y a ver si hay suerte y volvemos a Primera División. Nos da pena, aparte de que fuimos deportivistas que hemos jugado, porque el Deportivo se merece estar en Primera. No porque yo haya sido futbolista y ahora diga eso. No. Por la ciudad y por todo se merece estar en Primera. Es una pena pero, como se suele decir, hemos vivido peores cosas y vamos a sobrevivir a esta.

Ahora Fran ha regresado al club, ¿mantiene contacto con algunos de sus excompañeros?

La verdad es que no porque yo me dedico a representar jugadores, llevo bastantes jóvenes, y como el Deportivo estaba en Segunda y ahora estuvo en Segunda B, no hubo interés deportivo para tener contacto con la gente. Con José Ramón sí que estuve en contacto. Hace poco hemos hablado. También con Aspiazu. Pero con Fran, concretamente, no.

¿Qué mensaje le enviaría a la afición del Deportivo justo tres décadas después de aquel ascenso?

Le mando un gran abrazo. Ya sé que vamos a sufrir los años siguientes, pero yo creo que vamos a sobrevivir. Ánimo, que vamos a volver a ser no sé si el Superdépor, pero por lo menos a estar en Primera. Un abrazo muy fuerte para todos. Yo sé que la gente de allí me quiere y yo quiero mucho a la gente de A Coruña.