El Deportivo trabaja en la confección de una plantilla lo más competitiva posible para la nueva Primera RFEF con un plan opuesto al del pasado verano, cuando confió en jugadores de superior categoría con la esperanza de que marcaran diferencias en Segunda B. Esa apuesta no funcionó y ahora el club explora otra vía totalmente diferente en busca del éxito. El nuevo secretario técnico, Carlos Rosende, ha reorientado el foco en el mercado para apuntar hacia otro tipo de futbolistas, más modestos y de menos relumbrón pero con una gran experiencia en el tercer escalón del fútbol nacional. Ese es el perfil de los dos fichajes ya confirmados por el Dépor, el mediapunta Juan Carlos Menudo y el carrilero Diego Aguirre, ambos procedentes del Numancia, y también el del portero Ian Mackay, cuyo regreso a Riazor está pendiente del anuncio oficial.

El meta coruñés brilló la pasada temporada en Segunda con el Sabadell, con el que ascendió a la categoría de plata el año anterior. Ya había subido antes con la Ponferradina, otro de los muchos equipos en los que se curtió en Segunda B. Ceuta, Universidad de Oviedo, Vecindario, Ciudad de Santiago y Murcia fueron los otros clubes por los que pasó Mackay en Segunda B para acumular nada más y nada menos que 295 partidos en la categoría, más otros 13 de play off. A punto de cumplir 35 años, regresa al Deportivo en plena madurez para garantizar rendimiento inmediato, como el que en teoría también ofrecerán Menudo y Aguirre. Los tres con mucho pico y pala a sus espaldas, el sevillano con 295 partidos en Segunda B y el toledano con 70.

Menudo cumplirá 30 años el próximo día 18, tantos como ya tiene su excompañero del Numancia, con el que volverá a compartir vestuario en Riazor. El Dépor será el octavo club del andaluz en la categoría de bronce tras su paso por Sevilla Atlético, Cartagena, UD Logroñés, Ponferradina, Melilla, Cultural Leonesa y Numancia. Nunca jugó en Segunda, al contrario que Aguirre, con experiencia en el fútbol profesional en las filas del Leganés, Oviedo, Rayo Vallecano y Zaragoza. El lateral izquierdo, que también puede jugar de extremo, compitió un escalón más abajo con el Toledo, el equipo de su ciudad, con el Numancia y ahora lo hará con el Deportivo.

Los tres refuerzos con muchos kilómetros a sus espaldas recorridos lejos de la máxima categoría, un perfil más modesto y humilde, pero con el que el club coruñés busca la eficacia y los resultados que no llegaron el curso pasado encomendándose a futbolistas mucho más afamados. Las limitaciones económicas del nuevo proyecto y, sobre todo, la confianza en un nuevo perfil de futbolistas con los que afianzar la plantilla 2021-22 obligarán al Deportivo a desprenderse de varios jugadores con contrato en vigor, pero cuyas altas fichas y bajo rendimiento les abrirán a la fuerza las puertas de salida. Rosende, de la mano del nuevo entrenador, Borja Jiménez, y del director general, David Villasuso, trabajan para encajar las piezas y armar un plantel competitivo que sepa lo que le espera en la Primera RFEF.