Las trabas que está encontrando el Deportivo para pactar las salidas de los futbolistas que no cuentan y para renegociar contratos fuera de mercado en una categoría como la Primera Federación hacen que el club blanquiazul sopese presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) por causas económicas que afecte a su plantilla para ajustar su presupuesto en la temporada 2021-22, tras registrar cuantiosas pérdidas en el ejercicio (nueve millones) que está a punto de cerrar y para ajustar la realidad de su equipo profesional al tercer escalón nacional. No es una decisión que esté tomada, pero en la plaza de Pontevedra es una posibilidad que se encuentra encima de la mesa y que podría afectar también a trabajadores del club en otras áreas.

Optar por esta vía permitiría a los dirigentes despedir a un determinado número de futbolistas del primer equipo sin abonar de manera íntegra los sueldos que aún les queda por percibir, que en el caso de algún jugador correspondería a tres años de salario, ya que cuentan con vinculaciones hasta el 30 de junio de 2024. El Dépor, en una hipotética fase de negociación de un ERE, ofrecería en determinados plazos la cantidad equivalente a cierto número de días trabajados por cada año que lleven en la entidad, como ocurre en este tipo de procedimientos con cualquier empleado.

Este movimiento laboral, adelantado por AS, no es, ni mucho menos, la primera vez que se aplica en un club de primer nivel del fútbol español. De hecho, el caso más reciente remite al Málaga, que gestionó dicho expediente en el verano de 2020. El club andaluz, intervenido judicialmente, presentó un ERE que afectaba a 14 de sus futbolistas y, aunque durante el periodo de negociación llegó a acuerdos amistosos con algunos de ellos, finalmente acabó cerrando dicho expediente el pasado 30 de septiembre con ocho trabajadores despedidos (Luis Hernández, Pacheco, Juanpi, Diego González, Renato Santos, Rolón. Boulahroud y Cecchini) y con dos aceptando la bajadas de salario sobre la bocina (David Lombán y Benkhemassa). Alguno de los casos está en los tribunales. Según las estimaciones del Málaga, con este movimiento tuvo que afrontar un desembolso de un millón de euros por los despidos, pero se ahorró seis en emolumentos a pagar en un futuro.

El caso del Málaga arroja también luz sobre otro de los aspectos a considerar si el Dépor acaba dando el paso. El equipo malacitano, en el periodo entre que presentó los papeles del ERE en el juzgado y acabó cerrándolo, siguió contratando a nuevos futbolistas y LaLiga permitió que fuesen inscritos, a pesar de que ya estaba abierto ese periodo de negociación entre las partes. De hecho, futbolistas como Escassi, Barrio, Calero y Quintana fueron inscritos entonces por la patronal cuando ya estaba en marcha el proceso para desprenderse de más de una decena de futbolistas del Málaga. LaLiga solo les pedía ajustarse a sus reglas del límite salarial, un mecanismo que no opera, de momento, en Primera Federación. En el caso del Dépor, será la Federación la que debe validar las inscripciones de los futbolistas que integren la plantilla.