Fran González (Carreira, 1969) regresó al Deportivo en agosto del año pasado con la tarea de pilotar el proyecto de cantera en el que deseaba embarcarse el club. Apenas un año después han llegado los primeros frutos con los títulos del Cadete A y, sobre todo, del Juvenil A en la Copa de Campeones. Esos éxitos parten de una apuesta que arrancó hace ya varios años, pero que ahora será la base del futuro. Esta entrevista se realizó antes de que el club anunciara la despedida de Juan Carlos Valerón como entrenador del Fabril.

¿Cómo está de orgulloso de lo que lograron el pasado fin de semana los juveniles?

Ya no solo de este fin de semana, que fue un poco el culmen de todo. Estoy orgulloso de todo lo que hay en Abegondo. Detrás está el trabajo de mucha gente, desde preparadores físicos a fisioterapeutas, readaptadores, médicos, captación... Hay un largo etcétera, que sería muy grande, que ha aportado su granito de arena para que el Juvenil de División de Honor llegara a ser campeón de España de la mano de Óscar Gilsanz y todo su cuerpo técnico.

Llegó al club hace un año y advirtió de que iba a ser un camino largo, ¿esperaba que los resultados llegaran tan rápido?

Ha sido un año difícil, pero gracias a mucha gente las cosas han salido bien. Los chicos han tenido entrenamientos diarios a pesar de la pandemia y ellos también se han sacrificado mucho. Hubo que parar y volver a empezar, no podían usar los vestuarios... Pero nos hemos adaptado bien a las diferentes competiciones. Creo que se ha dado un paso muy importante, un golpe muy importante, porque yo considero que lo más difícil a veces es creer que aquí hay futuro en los jóvenes, tenemos que creer más en Abegondo. Esto puede ser el paso definitivo, pero tampoco soy de los que lanza las campanas al vuelo porque hay que ir paso a paso, pero es evidente que el que se ha dado es muy importante.

¿Qué supone este éxito en la cantera para un club fuera del fútbol profesional y qué le trasladaron los responsables de los otros equipos que disputaron la Copa de Campeones en Marbella?

Evidentemente se sorprenden, pero cuando me ofrecen venir para aquí me dicen que hay una apuesta clara por el fútbol base. Eso es lo que realmente a mí me atrae de todo esto porque me siento muy identificado con ellos. Yo he salido de la base, aunque quizá llegué un poco tarde a los juveniles, pero me siento también muy identificado con todas las familias y con los padres porque llevo muchos años relacionado con el fútbol base y he pasado por todas las etapas. Esto es de lo que más disfruto.

Se da además la circunstancia de que buena parte del equipo campéon se han formado en el club desde muy pequeños...

A veces coinciden estas hornadas, pero es muy importante también tener una buena captación. Cuanto mejor sea, menos bajas habrá y el grupo estará más cohesionado. El sentimiento de pertenencia también será mayor, que es lo que realmente hace diferencial a los equipos de casa. Eso no quita que después, porque en los equipos es difícil cubrir ciertas posiciones, se refuercen con gente de otros lugares. Siempre hay generaciones en las que algunas posiciones no están bien cubiertas; si se captan cuanto antes, aparece también ese sentimiento de pertenencia. Lograr esa mezcla hace que lleguen estos resultados.

Cuando llegó señaló como clave potenciar la captación, ¿han avanzado en ese sentido?

Se habló de un proyecto de cantera y en esa dirección vamos. Todas las diferentes áreas que hay en el club hemos intentado fortalecerlas para que cuando los chicos lleguen a esa etapa definitiva de su formación estén lo mejor preparados posible para afrontar el reto de ser capaces de aguantar, porque arriba también hay mucha presión.

Del proyecto de cantera se ha hablado en numerosas ocasiones en el club, ¿ahora será la definitiva?

Lo más importante es creer que aquí hay buenos jugadores. En el momento que lo tengamos claro habremos dado el primer gran paso. A partir de ahí ellos también tienen que empujar y merecérselo, para mí eso es muy importante. Aquí no podemos regalar, hay cosas que se tienen que ganar. A medida que ellos vayan tirando puertas, seguro que desde arriba también sabrán abrírselas. Es muy importante que toda esta cadena funcione. Por la experiencia que he tenido en otros lugares, no hay tanto miedo, aunque no sé si esa es la palabra... Hay confianza de que por lo menos puedan estar ahí porque se lo han ganado. Esta victoria ha ilusionado a todo el deportivismo, que sueña con que el Dépor crezca con esta generación, pero hay que ir con paciencia, todo es un proceso.

¿La asignatura pendiente es romper la barrera que hay antes del fútbol profesional?

Ese paso se lo tienen que ganar primero los chicos, por eso queremos fortalecer diferentes áreas del club con próximas incorporaciones. A ver si somos capaces de que estén mejor preparados cuando les llegue esa oportunidad y puedan rendir a un nivel como corresponde a la categoría.

¿El marrón, entre comillas, lo tienen ahora los entrenadores del Fabril y del primer equipo con esta generación?

Lo más importante para mí es marcar un camino y seguirlo, sin que el éxito, como en este caso, o la derrota no nos desvíen demasiado de él. El entrenador del Fabril estará encantando de que muchos de esta generación tengan un sitio en el filial para terminar ese proceso de formación. Marrón, como dices, es entre comillas, porque esto para cualquier club es una alegría.

Reconoce que la victoria del Juvenil ha generado mucha ilusión en el deportivismo, ¿puede haber ahora presión por verlos demasiado pronto en el primer equipo?

Hay que ir con calma. La generación de jugadores es importante y ahora hay que ver cómo manejarla. El club puede ayudar todo lo posible, pero al final va a estar en manos de ellos. Tienen que seguir haciendo ruido, como digo yo, con su fútbol, con su juego y con sus merecimientos para que después arriba se den cuenta de que hay cosas importantes. Oportunidades las van a tener, porque se lo han ganado, pero ahora viene lo más difícil. Ya no se van a enfrentar a niños, van a estar en una categoría que tiene cierta exigencia. Y ya no te quiero contar nada en el primer equipo, con la presión añadida que significa estar ahí.

Con el éxito también llega el interés de otros, ¿la ambición del club es mantener el bloque del equipo juvenil?

Sí, pero es que además están muy comprometidos. Llevan mucho tiempo en la base y sienten lo que es estar aquí. Es lo que hablaba antes, cuanto antes tengan ese sentimiento de pertenencia, mejor. Siempre he creído que es otra historia cuando alguien está muy identificado con el club. En los grandes equipos siempre ha habido gente de la base, porque ayudan también a todos los que vienen de fuera.

¿También buscarán la continuidad entre los técnicos?

No solo entre los técnicos, también queremos darle continuidad al resto de profesionales que hay y reforzar otras áreas. El club desde hace un año tiene una apuesta clara por la base y en esa dirección quiere seguir. A ver si entre todos podemos darle ese impulso para que en un futuro cercano podamos disfrutar de chicos de la cantera en Riazor.

¿Qué representa para el club disputar la Youth League en un momento así para el club?

El club está por la labor de que esta vez sí haya un proyecto de cantera y está más que satisfecho por los éxitos alcanzados. Que mayor satisfacción puede haber para ellos que disputar la Champions. El otro día en Marbella, cuando termina el partido, escuchar el We are the champions me ponía la piel gallina recordando épocas pasadas. Imagina ahora escuchar el himno de la Champions. Es algo más que merecido y que debemos disfrutar.