Todo parecía ir rodado para el Dépor de Borja Jiménez y pronto llegó el primer aviso. Y lo hizo donde casi siempre en los últimos veranos coruñeses. El Bergantiños fue un año más el encargado de bajar a la tierra al proyecto blanquiazul, de recordarle que le quedan un mundo de sufrimiento y, sobre todo, de crecimiento y trabajo si en un año desea estar celebrando el regreso al fútbol profesional. El Dépor fue incapaz de imponer ni su modelo de fútbol ni su pegada ante un Bergantiños que quiere la pelota, que sabe lo que hace y que dará muchos sustos a los gigantes de la próxima Segunda Federación. 

Hace doce meses, precisamente, la incomodidad del Dépor en su amistoso ante el Bergantiños fue la primera señal de la alerta de los males que arrastraría el equipo coruñés en el primer tramo de temporada y, con ese antecedente, el test de As Eiroas siempre tiene relevancia. Subía un peldaño la exigencia para el grupo de Borja Jiménez y al Dépor le costó ser protagonista con la pelota, construir desde atrás y adelantar líneas. Siempre estuvo más suelto aguijoneando tras recuperar que elaborando en el primer acto. No era lo que quería, tampoco se le dio nada mal en ese tramo. De hecho, tuvo las mejores ocasiones ante un Bergantiños de menos a más que, en torno al ecuador de ese primer tiempo, ya sí se encontraba por fin a gusto sobre el césped y se dispuso a poner prueba de verdad a los coruñeses. Centrales abiertos, salida desde atrás de los locales, presión milimétrica. Sin miedo, creyendo. Y justo en ese momento de crecimiento, llegó el tanto blanquiazul gracias a la conexión Miku-Quiles, que huele a dinamita y promete tardes de diversión en Riazor. El onubense, pichichi y revelación del verano, no falló. 0-1. Fue un golpe para el equipo de Lemos, que no varió el guión y obtuvo el premio al borde del descanso. Un fallo en cadena de la cobertura, iniciado en Trilli, tras un saque de esuquina posibilitó una contra del Bergantiños. Uxío hacía el empate, no celebraba. Llegaba el descanso con motivos para agitar el equipo. 

Los primeros minutos del Dépor, tras la reanudación, fueron esperanzadores. Tenia más dinamita arriba con la entrada de Keko y el debut de Borges y había ganado en claridad en la creación con la entrada de Calavera y Villares y la salida de Álex y Granero. Todo se empezó a desmoraronar con la cabalgada y el misil de Escobar a la red. 2-1. Las prestaciones del Bergantiños en estático habían sido muy buenas y ahora hacía aún más daño con espacios. Estuvo más cerca el 3-1 que el 2-2, aunque el Dépor también adoleció de claridad y pegada. Primer día de inquietud, toca redoblar esfuerzos y trabajo en un proyecto aún con mucho por pulir.

FICHA TÉCNICA (Bergantiños-Deportivo, 2-1)

Bergantiños: Santi Canedo (Pereiro, m.46); Currás (Blas, m.46 (Estramil, m.80)), Agulló, Iago Parga (Iker, m.46), Brais Martínez (Aarón, m.65) ; Boedo (Lamelas, m.46), Remeseiro (Aarón, m.86), Brunet (Carlos López, m.46), Concheiro (Uzal, m.46), Yelko (Cano, m.46); y Uxío (Escobar, m.46).

Deportivo: Mackay (Alberto, m.46); Trilli (Villares, m.46), Trigueros (Lapeña, m.46), Granero (Jaime, m.46), Aguirre (Héctor, m.46); Gandoy (Borges, m.46), Álex (Calavera, m.46), Elitim (De Vicente, m.46); Quiles (Keko, m.46), Miku (Noel, m.46) y De Camargo (Yeremay, m.46).

Goles: 0-1, m.33: Quiles. 1-1, m.44: Uxío. 2-1, m.62: Escobar.

Árbitro: López Vila. Mostró tarjeta amarilla a Borges, Lapeña, Escobar y Lamelas.

Campo: As Eiroas. 450 espectadores.