Al Deportivo se le escapó ayer el Teresa Herrera ante la Ponferradina en un partido que se presentaba como un examen. Puede decirse que salió conforme porque tenía peor pinta. Lo arregló cuando parecía que la nota iba a ser mala, pero se quedó corto. Débil en defensa y flojo cuando trató de gobernar con la pelota, mejoró en cuanto buscó darle velocidad al juego y encontró profundidad en las bandas ante un rival más rodado.

De entrada se quedó corto el Deportivo, a pesar de que se presentó en el tradicional torneo veraniego con una alineación lustrosa que para nada desentonaría en el estreno de la competición dentro de tres semanas. El equipo, sin embargo, carece todavía de determinadas piezas, precisamente las que le podrían ofrecer ese punto que le falta a estas alturas, aún con el estreno oficial lejano.

Tiene de sobre dónde elegir Borja Jiménez en la plantilla para armar un equipo que pueda gestionar la pelota y aportar fútbol por dentro. Menudo, Rafa de Vicente y Villares son una garantía, aunque por ahora parezca que por momentos redoblan su aportación, pero hay menos recursos para generar profundidad en el campo.

Lo notó ayer especialmente el Deportivo en la primera parte ante la Ponferradina, cómoda sobre Riazor cuando no eran Héctor Hernández y Trilli los que se asomaban desde los costados. El conjunto berciano representaba precisamente una excelente vara de medir porque se ha conseguido afianzar en Segunda División y está a punto de arrancar su campeonato. El sábado disputó otro amistoso en Oviedo, pero no se le notó demasiado ayer en Riazor.

Hubo poco ritmo, en parte por esas dificultades deportivistas para transitar con la pelota y conectar con los jugadores de arriba, pero aún así se vieron algunas pistas de lo que pretende Borja Jiménez para su Deportivo.

Miku y Alberto Quiles se presentan como compatibles en los planes del técnico, el venezolano como referencia y su compañero como recurso para atraer contrarios en determinadas zonas del campo. Lo probaron ayer en numerosas ocasiones para despistar a la Ponferradina, que sin embargo siempre consiguió corregir porque se evidenciaba que su punto físico está un peldaño o dos por encima del de los deportivistas.

Apenas hubo oportunidades en la primera mitad salvo un disparo de Menudo y una falta lejana de Ríos Reina que desvió Mackay. Faltaron ideas por parte de los dos hasta que Edu Espiau cazó un centro hacia al área que la defensa deportivista no acertó a despejar.

En ningún momento el Deportivo dio la sensación de defender con contundencia ese tipo de balones, tampoco de frenar las transiciones rápidas de los visitantes ni de minimizar los daños tras las pérdidas de balón. Un poco de todo eso se juntó para desembocar en el segundo tanto de los bercianos nada más arrancar la segunda parte.

Una pérdida en el centro del campo la penalizó la Ponferradina para ampliar la ventaja y castigar a un Deportivo demasiado débil. Los blanquiazules, sin embargo, mejorarían a partir de ahí.

La entrada de William de Camargo le dio otro aire al conjunto de Borja Jiménez, que a partir de entonces encontró otras vías para asomarse al área contraria. El brasileño le permitió encarar y armar superioridades con Héctor Hernández, abreviar el juego y ser más amenazante.

El juego desapareció casi por completo por dentro antes de que Miku recortara distancias tras una transición rapidísima del equipo. Las llegadas por los costados se intensificarían después con la entrada de Keko y llegaron los mejores minutos del Deportivo, al menos la sensación de peligro fue mayor.

El empate estuvo cerca, con el equipo volcado sobre una Ponferradina que resistiría sobre el balcón del área. Lo rozó Noel con un disparo desde la frontal que a apunto estuvo de sorprender a Amir. Después lo intentaría Yeremay, otro de los recientes juveniles campeones de España que ayer participaron en el Teresa Herrera. El remate del canario también al borde del área lo adivinó el portero de la Ponferradina.

Tanto Noel como Yeremay dejaron su sello en los minutos de los que dispusieron, pero el que llamó la atención una vez más fue Trilli. El joven lateral derecho, recientemente atado por el club, disputó el partido completo y asombró de nuevo por su madurez y las soluciones que es capaz de aportar. Huérfana la banda derecha de otros carrileros a estas alturas, se perfila como la apuesta para el inicio de la temporada.

Le faltó un punto al Deportivo para conseguir empatar un partido que deja sensaciones contradictorias. Por un lado, los problemas para gobernar con el balón y por el otro la riqueza de recursos de los que parece disponer Borja Jiménez para afrontar la temporada a falta de que se configure definitivamente la plantilla.