Carlos Doncel (Cabrera de Mar, 1996) se incorporó ayer a los entrenamientos junto a sus nuevos compañeros en una sesión a puerta cerrada en Riazor, pero todavía deberá aguardar para estrenarse con la camiseta blanquiazul. Esta tarde no estará en el amistoso contra el Castilla a la espera todavía de ponerse a punto y demostrar las cualidades que lo definen como un jugador “de equipo”.

Formado en las categorías inferiores de la Damn, en la que también tuvo sus inicios el exdeportivista Edu Expósito, y trabajó durante años el extécnico blanquiazul Cristóbal Parralo, ahora en el banquillo del Racing de Ferrol, Doncel llega para cubrir una de las principales carencias en la plantilla hasta la fecha.

Carente de recursos en las bandas, y con la incertidumbre de lo que ocurrirá con Keko Gontán, Borja Jiménez cuenta a partir de ahora con un futbolista capaz de arrancar desde el costado izquierdo gracias a su habilidad en la conducción de la pelota.

Quienes han coincidido con él describen a un jugador con recursos para el desborde, precisamente una de las principales carencias hasta ahora del conjunto que dirige Borja Jiménez. Esas lagunas quedaron evidenciadas a lo largo de la pretemporada, especialmente en el amistoso disputado la semana pasada contra la Ponferradina en el Teresa Herrera.

Cuando el técnico quiso buscar amplitud por las bandas se encontró con que sus únicas piezas disponibles eran William de Camargo y Keko Gontán, pero el madrileño todavía mantiene la incertidumbre sobre su futuro en el club.

Doncel viene a cubrir esas carencias, pero en función de lo que suceda con Keko el club todavía podría ejecutar algún movimiento más en el mercado en esas posiciones.

A las capacidades del catalán partiendo desde el costado izquierdo del ataque se suma una capacidad goleadora que ha mostrado de modo intermitente. En el filial del Valladolid hace dos temporadas, donde coincidió con el exfabrilista Víctor García, anotó seis tantos a lo largo de la temporada. Allí tuvo participación y llamó la atención de la Ponferradina, que lo reclutó para Segunda División. En el Bierzo tuvo también minutos, pero sus cifras goleadoras decayeron. Marcó un solo tanto a pesar de su golpeo después de un total de 36 partidos disputados (20 de titular).