En poco más de un cuarto de hora, el Deportivo desarboló ayer por completo al Celta B con un arranque arrollador. Fue una combinación perfecta de presencia en campo contrario, precisión en el pase y eficacia. El nuevo Dépor de Borja Jiménez despachó con dos latigazos las incógnitas que había alrededor de su estreno y allanó el incómodo compromiso ante el filial de su rival histórico.

Primero Miku y después Quiles colocaron al conjunto blanquiazul en una posición muy cómoda cuando no habían transcurrido ni 20 minutos. Los dos tantos tuvieron un coprotagonista en común. Juergen, la sorpresa en el once por delante de Menudo, ejerció como asistente para las carreras de sus compañeros a la espalda de la defensa del Celta B.

La consigna parecía clara por parte de Borja Jiménez en ese tramo inicial del partido: aprovecharse al máximo de la zaga adelantada del rival. No le pudo salir mejor al Deportivo, que arrinconó a los celestes y al mismo tiempo los ahogó con una excelente presión tras pérdida. Todos los balones divididos tenían color blanquiazul gracias a un gran posicionamiento, pero el ritmo decayó y el Celta B fue ganando presencia en el césped.

Al principio del segundo tiempo lo pasó peor el Deportivo con el cambio de sistema de Onésimo, que decidió prescindir de la defensa de cinco. Borja Jiménez respondió con un rombo en el centro del campo y a partir de ahí sentenció con un exhibición de pegada.

Menudo cerró el partido con un espléndido remate de primeras desde la frontal del área y después llegarían las guindas de Doncel y el debutante Noel. Los goles refrendaron una gran puesta en escena del Deportivo, con variantes en el juego y recursos que apenas había exhibido. Le ayudó el rival, decaído cuando le empezaron a caer los goles como si nada.