El Dépor llega al campo de Unionistas con el liderato en juego y la oportunidad de seguir con la portería a cero y mantener el pleno de triunfos. El cinco de cinco aparece en el horizonte, pero Borja Jiménez desea afrontar esta situación de otra manera. Ni muy alto en las buenas ni muy bajo en las malas y percibe esa misma sintonía en el grupo. "Ellos deben pensar en ganar este partido, no en la racha. No hay euforia en el equipo, no la siento. ¿Pero qué vas a celebrar ahora? El camino será largo. No voy a permitir ni que lloren cuando pierdan ni que ahora sean muy felices. Nos faltan por ganar muchísimas batallas más y hay que tener la mochila cargada de argumentos para ganar", redirigiendo el foco al duelo ante el conjunto salmantino y a este césped artificial en el que tantas veces jugó en sus etapas en el Rápido, el Izarra o el Valladolid B.

"Creo que se le da más importancia de la que tiene, pero es cierto que tiene unos condicionantes", avanza sobre la opinión que le merece esa superficie que se encontrará el equipo en el Reina Sofía de la ciudad charra. "Tenemos esta salida y otras dos más (en césped artificial) y no tiene por qué ser una excusa ni debemos jugar peor. Costará más dominar el encuentro y será diferente el bote, pero hay que jugar con nuestras armas e intentar ganar. Va ser un partido muy difícil e igualado", asegura. Esa dificultad la circunscribe, sobre todo, al nivel del contrincante. "Es un equipo que ya lo hizo el año pasado muy bien y en casa es de los más fuertes. Sabe a lo que juega, por dentro tiene capacidad para asociarse, cuenta con gente rápida por fuera y sus centrales son contundentes. Vamos a ser reconocibles y dominadores e intentar ganar", analiza.

En el rival se encontrará a un ex deportivista como Rayco, al que al llegar a A Coruña se encontró sin contrato, pero aún disponible. El técnico abulense explicó qué decisiones y quién las tomó en aquel momento sobre uno de los mejores jugadores de la categoría en este inicio de temporada. "La secretaría técnica opta por un perfil con algunos matices diferentes y nos decidimos por otros jugadores. El año pasado él estuvo a un gran nivel en el Dépor y este año empezó muy bien", cuenta.

Los nombres propios ahora son de su equipo con Alberto Benito y la volatilidad en el lateral derecho como uno de los motivos de preocupación. "Utilizamos ahí diferentes jugadores, es una posición que rotamos y me gusta tener a todos activos", reconoce antes de ahondar en el caso particular. "Alberto, con la lesión y el COVID, no fue fácil y poco a poco va estando bien. Es uno de nuestros laterales y cada vez está mejor. Va a ser importante para nosotros", asegura.

Más seguridades futbolísticas y como referentes hay en torno a Álex y Mackay. "Ian es un jugador más que contrastado. Él y Álex son nuestros capitanes, son de aquí, conocen el club. Serán de las personas más interesadas en que esto vaya bien por el arraigo con el club y con la ciudad. Ellos, en el día a día, nos hacen partícipes de lo que es el Dépor. Es importante que los capitanes tengan ese gen. A Ian le pico con sus paradas. Él está muy contento con el trabajo de los defensores, con lo que hace el equipo, con esa primera línea de presión y con la concentración de nuestros centrales", analiza repartiendo los méritos.

Lo que apenas cambia, solo para mejor, es el apoyo de la afición en los desplazamientos. La cercanía de Salamanca empuja aún más a que los seguidores viajen. "¿Qué más le vamos a pedir? Sentir el aliento de nuestra gente es muy positivo, no nos carga de más responsabilidad de la que ya tenemos por defender este escudo. Cuando no vayan bien las cosas, estarán ahí y lo que hay que hacer es no defraudarles y dejarnos la vida. Con eso el aficionado estará contento. Intentaremos darles una alegría", concluye.