Las sensaciones, por muy buenas que sean, no llenan a un equipo que, como el Deportivo, quiere ser dominador en su categoría. Hacen falta resultados y tres jornadas sin vencer son demasiadas. Los de Borja Jiménez merecieron ganar contra la SD Logroñés y también frente al Real Unión de Irún, pero el fútbol fue cruel con ellos y ahora buscan regresar a la senda de las victorias al abrigo de Riazor, al fin sin restricciones de aforo por la pandemia. El estadio registrará frente al Sanse la mejor entrada en muchísimo tiempo, un ambientazo que servirá de impulso para que los tres puntos se acaben quedando en A Coruña.

Los necesita al Dépor después de tres jornadas en las que acumuló muchos más méritos que puntos, solo uno de los últimos nueve en juego. Frente al equipo madrileño tendrá que subir su nivel de eficacia de cara a puerta y volver a ser un equipo fiable también en defensa. Los dos errores en Irún costaron dos goles en contra y tres puntos de los que el equipo coruñés espera no tener que acordarse a final de temporada. Tanto el cuerpo técnico como la plantilla están tranquilos, unidos y convencidos de que jugando como en Irún llegarán muchas más victorias que derrotas, pero quieren un refuerzo en forma de triunfo para que el buen trabajo que vienen haciendo se vea reflejado clasificatoriamente.

Pocos retoques hará Borja Jiménez con respecto al once que presentó la anterior jornada en el Stadium Gal. Primero, porque el Dépor cuajó un partido notable en Irún, siendo superior en todo a su rival, salvo en el resultado; y segundo, porque el técnico abulense todavía no recupera a ninguno de los jugadores que tenía lesionados. Tampoco a Trilli, pese a que recibió el alta médica y figura en la convocatoria. Jiménez anunció que el joven lateral todavía está algo verde para reaparecer tras su lesión muscular, así que en principio no le dará minutos esta tarde frente al Sanse, salvo que sea estrictamente necesario.

El conjunto madrileño saldrá al césped de Riazor sin nada que perder, con la confianza y la tranquilidad que le da el hecho de haber completado un arranque de temporada muy bueno. Lleva 13 puntos, los mismos que el Deportivo, aunque solo uno lo arañó lejos de su estadio. El Dépor, por su parte, sabe que la clave del éxito está en Riazor, en hacerse fuerte en casa para que se escapen cuantos menos puntos, mejor. Frente a la SD Logroñés volaron dos a última hora porque perdonó demasiado y acabó cometiendo el error de echarse atrás y fiarlo todo a defender. Hoy tiene una nueva oportunidad en Riazor, que subirá la temperatura desde la grada para convertirse en una caldera con la que quemar la mala racha.