El Deportivo no es un equipo que se distinga por la velocidad que despliega en su juego. Más bien ocurre lo contrario. El conjunto de Borja Jiménez mastica los partidos con la pelota como sello de identidad y puede parecer incluso demasiado parsimonioso. Madurar las jugadas le permite terminar generando un considerable volumen de llegadas y oportunidades, pero ayer esa fórmula se mostró poco efectiva ante la propuesta del Zamora.

Los visitantes plantearon un partido con dos líneas compactas cerca de su portería en las que el Deportivo apenas encontró resquicios en la primera mitad. Salvo una oportunidad de Doncel, los blanquiazules no hallaron caminos hacia la portería de Villanueva. El Zamora llegó a creer en sus posibilidades, pero la diferencia la marcó la profundidad de la plantilla deportivista.

Después del descanso, Borja tiró de recursos y colocó en el campo al eléctrico William de Camargo en lugar de Quiles, diluido desde hace semanas en esa posición en la banda derecha desde la que deslumbró en las primeras jornadas del campeonato. El joven extremo brasileño empezó a encontrar las grietas en la defensa visitante a través de su inspiración y Noel, con su juego entre líneas, terminó por descolocar a los visitantes y contrarrestar el efectivo planteamiento de David Movilla.

Entre los dos cocinaron el tanto deportivista, obra de William con asistencia del canterano, cuando ya se enfilaba el tramo decisivo del partido. Un premio para el brasileño, señalado por su error la semana pasada en otra oportunidad incluso más clara frente al Racing, y una prueba más de las ilusionantes condiciones de Noel. El juvenil volvió a ser decisivo una vez más con su participación, ayer partiendo desde el banquillo y con la mirada puesta en la cita contra el Maccabi Haifa de la Youth League el miércoles.