Alberto Quiles (Huelva, 1996) ha sido fuente de alegrías y también de desvelos para el deportivismo en este inicio de liga. Primero vino la explosión en el arranque por sus goles y por sus hechuras de futbolista de superior categoría y después llegó la inquietud porque se iba desvaneciendo ese jugador imperial que había tenido un flechazo con Riazor. El onubense empieza a recuperar la chispa en su juego, quiere ser más regular e ir creciendo de la mano del Dépor y de una afición que le ha llegado. Encantado y liberado en A Coruña, cree que no hay techo ni para él ni para el equipo.

¿Cómo se convierte un equipo en normal una semana tan atípica?

Es cierto que fue raro el fin de semana, que fue cuando nos enteramos que el Extremadura no iba a venir. Hicimos un partido entre nosotros, pero no es lo mismo. Una vez empezó esta semana ya está siendo normal. Vamos a Majadahonda con la intención de ganar.

Sufrió impagos en algún equipo. ¿Le lleva a entenderlos mejor?

Empatizo mucho porque estuve en varios equipos con problemas de pagos, aunque no como el Extremadura, que lo están pasando mucho peor. Estuve sin cobrar un par de meses. Tengo amigos allí que lo están pasado mal y ojalá se arregle pronto y puedan competir. Quieren jugar tranquilos y disfrutar. Es una pena.

No al mismo nivel, pero hace un año también vivió un ambiente tóxico en Huelva. Y ahora se encuentra con todo lo contrario. ¿Influye tanto?

Muchísimo. Cuando vas ganando te levantas más alegre. Yo intento separar un poco la vida privada del fútbol, dejarlo fuera de casa, aunque es inevitable que lo tengas presente. Es tu trabajo. El año pasado estaba siempre más triste porque no ganaba y aquí es todo lo contrario. Estoy supercontento, superfeliz y ojalá que sigamos así.

Necesitaba salir de allí y el Dépor a un futbolista como usted...

El Recre tenía que hacer una limpia como la que ha hecho. No supimos gestionarlo. Una vez que bajamos para quedarse era complicado por todo lo que hubiese generado. Me salió la oportunidad del Deportivo, que creo que es única. Aquí estoy muy, muy feliz.

“Cuando estuvimos sin ganar pensé que la afición nos iba a meter más caña”

Escuchó ese nombre y no quiso oír nada más. ¿Es cierto?

De Segunda me quería un equipo si se mantenía y, al final, bajó. De Primera Federación sí que tuve muchas ofertas, pero yo quería estar aquí y en cuanto salió el Deportivo, le dije a mi agente que hiciera lo posible para venir.

El día que saltó al césped ante el Celta B parecía llevar varios años en A Coruña. ¿Sintió lo mismo?

Llegué aquí con unas sensaciones increíbles. Los compañeros me acogieron bien, tuve muy buena relación con ellos desde el principio, con el míster también. Yo pienso que la idea que tiene Borja para el fútbol es la mejor y entonces todo eso influyó. Caí de pie, me salieron partidos muy buenos.

Es su segunda experiencia en el norte. ¿Se adapta o le cuesta?

Ese año del Celta sí que cogí muy mal tiempo o aquello era lo normal y esto no lo es. Ahora es una maravilla, ojalá siga así.

Alberto Quiles, en el estadio de Riazor Echave

A la afición siempre le gusta interactuar en el día a día con sus jugadores. ¿Cómo lo vive por la calle?

Muy bien. Es muy respetuosa y solo si te ve un padre de familia, sí que te pide una foto, eso a mí no me importa. También fui niño y quería hacérmelas con los futbolistas. Aquí la gente te apoya mucho. Cuando tuvimos malos resultados, esos dos o tres partidos que no ganamos, me esperaba otra cosa, que nos metiesen más caña. Y no, estuvieron con nosotros. La afición es de diez.

Está ante una temporada bisagra en las que puede dar el salto al fútbol profesional. ¿Lo comparte?

Sí es verdad que quiero dar ese salto, quiero ascender con el Deportivo, quiero jugar el año que viene en Segunda. Para eso trabajo, para eso estoy aquí, que estoy a nueve horas de mi casa. Para ganar partidos, para meter goles, para ayudar a mis compañeros. Que en mayo o cuando sea logremos el ascenso.

“Estoy lejos de mi casa. El día que no disfrute o salga con miedo al campo...”

Córdoba, Murcia, Vigo... La gente solo piensa en los goles y en los aplausos, pero hay más detrás, ¿no?

Claro. Hay que buscarse las habichuelas y estar donde a uno se le quiere. Si no estás donde te sientes a gusto, no merece la pena. Nunca me han regalado nada, siempre he tenido que trabajar como ninguno. A ver si este año podemos hacer un buen año, como estamos haciendo y que podamos tener un buen regalo en unos meses.

¿Cree que es un jugador de los que entra por el ojo?

Para el aficionado que ve fútbol lo que importa son los goles y yo los entiendo porque no están en el día a día. Tú puedes jugar mal, que si metes un gol, ya has jugado bien. Esa es la realidad: importan los goles y los números. Pero sí es verdad que a mí me gusta mucho apoyar, estar en contacto con la pelota, jugar, hacer jugar al equipo. Me divierte estar con el balón en los pies, tirar paredes, tocarla. Eso sí, tampoco soy tonto, sé que los números cuentan y que tengo que hacer goles para ayudar al equipo y sumar puntos.

¿Cree que se olvida con facilidad que el fútbol es un juego y los futbolistas pierden soltura en el campo?

Sí que lo es, pero la responsabilidad es también muy grande. Hay que disfrutar. El día que salga al campo y no disfrute o tenga miedo... No tengo por qué estar aquí, estoy muy lejos de mi casa. Lo tengo claro. ¿Qué hago aquí que no estoy disfrutando? Hay que pasárselo bien en el campo, desde luego, pero todo esto conlleva una responsabilidad.

"Ante el Celta B parecía que los íbamos a arrasar a todos y que iba a ser un paseo, pero ya estamos viendo que no"

La pregunta que se ha hecho todo deportivista: ¿Qué hace Quiles en Primera Federación? ¿Cuál es la cara B para que no esté más arriba?

Empecé muy bien en el Dépor. Metí cuatro goles en cinco partidos y ahora es verdad que tuve unos, que por el rival, por el campo, porque viene un equipo como el Zamora y se te meten los once atrás y hay muy pocos espacios... También porque he pegado cierto bajón, yo lo notaba, me encontraba más lento de lo normal, sobre todo, a la hora de pensar. Pero estoy trabajando y estoy notando que cada vez me ocurre menos. Este año me he sorprendido porque empiezo a ser más regular, que es lo que me falta. He encontrado esa línea de conseguir no bajar tanto mi nivel. Ahora mismo entrenándome o en el partido ante el Logroñés me estoy encontrando, de nuevo, como al principio de año. Ya estoy pensando rápido, que es lo que me da a mí ese plus: saber cuando viene el balón lo que voy a hacer. Me estoy volviendo a encontrar muy cómodo de nuevo sobre todo en los entrenamientos y ojalá este domingo vuelva estar igual, vuelva a meter goles y a estar como al principio.

"Hay que buscarse las habichuelas. Si no estás donde te sientes a gusto, no merece la pena. Nunca me han regalado nada"

¿Qué le llena del estilo de Borja Jiménez?

Para jugar al fútbol hay que ser un poco listo y yo sufro sin balón. Quiero tenerlo, porque defensivamente no soy fuerte. Mi juego es ese y la propuesta del míster es crecer a partir de tenerlo. Es lo que me gusta, es lo que siempre he querido, lo que he intentado buscar en cada uno de los equipos en los que he jugado. Así me siento cómodo.

El equipo da sensación de suficiencia. ¿También lo nota?

Controla muy bien los partidos. La categoría es difícil porque se te cierran atrás y es complicado marcar. Con el 1-0, llegas al minuto 80 y parece que lo tienes en la mano, pero sabes que en alguna jugada te la pueden liar. Aún así, el equipo sabe tener el balón, frenar las contras, cuándo puede atacar, cuándo es mejor tocar. Yo lo veo muy bien.

Ante el Celta B fue, en cambio, todo lo contrario...

Ese partido fue el que más me sorprendió. Vi el estadio con mucha afición y nos salió de diez, metimos cinco goles. Parecía que los íbamos a arrasar a todos y que iba a ser un paseo, pero ya estamos viendo que no. No lo olvidaré en la vida. Ver a Riazor disfrutar fue una alegría.

¿Es lo que soñaba cuando era pequeño?

Sí, esas sensaciones ahí abajo. Ver el estadio lleno, jugar en él, disfrutar jugando, ver la afición cómo celebra, cómo grita los goles, tu nombre... Fue increíble.

"Para jugar al fútbol hay que ser un poco listo y yo sufro sin balón. Quiero tenerlo, porque en defensa no soy fuerte"

¿Recuerda de niño algún juguete que no fuese una pelota?

Mi madre me contó que de pequeño mi padre me compró un scalextric y ni miré para él, tampoco para un coche eléctrico. Yo lo que quería era el balón. Desde el principio empecé a jugar en el barrio y luego fue más serio y más serio hasta tener claro que quería ser futbolista.

¿Cuándo empezó a ser serio?

En juveniles. Juegas ante Sevilla, Málaga, Cádiz... Ahí hay nivel. Te ven en el equipo y te llegan los representantes, que yo en aquel momento ni sabía lo que era aquello ni que existían. Ahí te lo tomas en serio y ves que puedes llegar. Pasa de ser un juego a que quizás tu vida sea esta.

¿Cuál cree que es su techo?

Quiero jugar lo más arriba posible y mi sueño es hacerlo algún día en Primera División, como todo el mundo. Ojalá lo pueda conseguir. Hay que trabajar día a día y darlo todo.

"Mi madre me contó que de pequeño mi padre me compró un scalextric y ni miré para él, tampoco para un coche eléctrico. Lo que quería era el balón"

¿Con el Deportivo?

Yo encantado. Si estoy aquí muy bien... Ojalá el año que viene estemos en Segunda División y luego poco a poco.

¿Se va la cabeza al ascenso?

Si empezamos a pensar en que vamos a subir o que estamos ascendidos, será una equivocación muy grande. Hay que ir poco a poco. Va a ser una liga igualada y hay que ir pensando en ganar el siguiente partido.