Yeremay Hernández encandiló el miércoles en Murcia resolviendo la eliminatoria de Copa con un golazo y una asistencia en el día de su estreno oficial con el primer equipo del Deportivo, regalo anticipado por su 19 cumpleaños, que celebrará el próximo viernes. Puro desparpajo y talento deslumbrantes a ojos de cualquier aficionado al fútbol, pero que no sorprenden a los que lo siguen desde hace tiempo. Por ejemplo, su agente, Abian Morano, a su lado desde que tenía 13 años. “Ha sido siempre tal cual lo ves. Es lo que ha hecho desde pequeño. Sinceramente, no me sorprendió. Estoy acostumbrado. Es su forma de jugar”, explica el intermediario grancanario. Calidad y desborde a toneladas desde que era muy pequeñito, según corrobora Borja Pérez, su primer técnico en la Unión Deportiva Las Palmas, donde lo dirigió desde los 8 hasta los 12 años. “En él ese talento es innato. Por desgracia, no se lo enseñé yo. Ya lo traía de fábrica. Lo único que necesitaba era seguir desarrollándolo y lo ha ido haciendo según ha seguido formándose y creciendo físicamente y en edad”, apunta su exentrenador en la cantera amarilla.

Yeremay, a la izquierda, escucha al técnico Borja Pérez. | // L. O.

Su explosión se ha ido cociendo a fuego lento en los últimos años, sin prisas, desde el convencimiento de que el Deportivo es el mejor club para él. Por eso rechazó todas las ofertas que le llegaron el pasado verano, entre ellas una muy tentadora del Sassuolo italiano, y optó por ampliar tres años más con el Dépor. Criado en El Polvorín, un barrio de su Las Palmas natal, Yeremay empezó a jugar en el Almenara, un club modesto que tenía su sede cerca de su casa. Vestía su camiseta cuando Borja Pérez lo vio por primera vez. “Fue en Vecindario, en un torneo de verano. Recuerdo una conducción en la que tenía al rival a su derecha e hizo un recorte de tacón para irse hacia la izquierda y separarse del contrario. Cuando un niño de 8 años hace eso, dices: ‘Es distinto. Tiene un talento que muy pocos tienen’. No es habitual que un chaval de esa edad manejara tan bien las dos piernas. Sacaba los córners con la derecha y con la izquierda”, relata el técnico.

Junto a su agente, Abian Morano. | // L. O. Eugenio Cobas

Tampoco olvida los muchos viajes que compartieron en su coche llevándolo a los entrenamientos y devolviéndolo luego a su casa: “Dentro del campo es puro desparpajo, siempre encara, pero fuera es muy tranquilo, muy reservado y muy tímido. Poco a poco se fue abriendo, contando sus cosas, y mantenemos una relación muy bonita”, apunta Pérez. Y aún perdura, porque suelen hablar y, tras el partidazo del miércoles, volvieron a contactar. “Olvídate de los reconocimientos y de lo que hiciste, y fíjate en lo malo para mejorarlo —le dijo—. Para lo bueno todo el mundo está ahí para recordártelo, pero para lo malo hay poca gente o nadie, así que los pies en el suelo”. Buenos consejos que también le dio Abian Morano tras su espectacular debut: “Me llama después de cada partido. Lo noté satisfecho por haber hecho lo que nos habíamos propuesto, demostrar cuando llegara el momento”.

En la cantera de la UD Las Palmas se formó desde 2011 hasta 2015, cuando dio el salto a las categorías inferiores del Real Madrid. De blanco también destacó —Nike se fijó en él y le firmó un contrato de larga duración que finaliza en junio del año que viene— pero en 2017 optó por un cambio de aires e hizo las maletas rumbo A Coruña. “La decisión de salir del Madrid la tomó él —recuerda Abian Morano—. Veía que se apostaba más por un tipo de jugador más físico. En ese momento el Deportivo estaba en Segunda pero era la opción que más le ilusionó”. Este verano amplió tres años más con un contrato que establece que desde la próxima campaña tendrá que contar con ficha del primer equipo. “El Deportivo ha tenido la paciencia y ha apostado por él. Una persona que apostó muy fuerte por él es Albert Gil. El chico ha tenido la confianza del club y del míster y ha sabido esperar su momento. Es un chaval muy humilde, muy tranquilo y tiene las ideas muy claras de que quiere ser futbolista”, explica el agente canario.

“De Peke le queda poco; ha demostrado que es Yeremay”

A Yeremay Hernández Cubas todavía le siguen llamando Peke —“el apodo se lo puso su tía abuela en Canarias, por el tema del tamaño físico”, recuerda Abian Morano— pero su nombre es Yeremay, también para el fútbol, en el juvenil, en el Fabril y en el Dépor. “De Peke le queda poco, eso se acabó; ya ha demostrado que es Yeremay”, argumenta su agente. “Ese punto de maduración ha llegado ahora. Todavía tiene 18 años, está en el camino correcto y estamos muy contentos. Todo se ha llevado de la manera que queríamos toda las partes para que esto se dé. Lo que más me preocupa es que no cambie nada, ni desde el punto de vista del chico ni del club. Él ha dado un cambio brutal, se ha adaptado a las exigencias del profesionalismo y eso le está dando sus frutos. Demostró de lo que es capaz y ahora es cuestión de que siga su evolución natural”, añade.