Borja Granero, que ayer entró en el once inicial por la sanción de Adrián Lapeña, se marchó “contento” de Riazor tanto por la victoria como por su actuación. “A nivel individual me sentí cómodo, como siempre. Después de un tiempo sin participar la verdad es que el partido de Copa me vino muy bien. Me encontré muy bien, en mi línea. A nivel colectivo nos costó un poquito más ajustar la presión. A partir del minuto 20 o 25 creo que hemos estado bien”, resumió.

Además de Granero, también Trilli entró en el once después de bastante tiempo sin jugar con regularidad, y ambos estuvieron al mismo nivel de todo el equipo. Eso “demuestra que somos una plantilla amplia y competitiva”. No le gusta ser suplente, como a ningún futbolista, y lo asume “con naturalidad”. “Forma parte de mi trabajo. Siempre quiero jugar, no conozco a ningún futbolista que no quiera jugar. Unos juegan y otros tienen que esperar. Siempre quiero jugar pero trabajo igual cuando juego y cuando no”, señaló.

De cara al objetivo final del ascenso, cree que hay que tener paciencia y confiar en el trabajo diario. “Es un año largo. Hay que ser como un rezo. Ni cuando ganamos el primer partido 5-0 íbamos a ascender ya, ni cuando empatamos dos seguidos parecía que no íbamos a encontrar portería y que era fácil encajar”, explicó Granero.