El día en el que quizá menos méritos hizo, el Deportivo se dio un homenaje. Los marcadores holgados se le han resistido este curso al equipo blanquiazul, que sin embargo ayer goleó al filial del Valladolid tirando de la pegada que le ha faltado en otras ocasiones. Quiles, por partida doble, y Soriano despacharon a un rival que se le atragantó al equipo de Borja Jiménez durante buena parte de la primera mitad. Con un libreto diferente al habitual, y que no parece asimilado del todo, los blanquiazules mantienen la ventaja en la cabeza de la clasificación y ponen tierra de por medio con el tercer clasificado.

Quiles remata a portería ayer en el partido ante el Valladolid B. | // CARLOS PARDELLAS

El Deportivo comparecía en Riazor con ciertas dudas después de dos partidos especialmente espesos. Su juego se había atascado por reiterativo, con varios jugadores haciendo la misma función y sin demasiado hueco para la imaginación. Al equipo le sobraba control y le faltaba una pizca de atrevimiento, así que Borja Jiménez decidió ayer prescindir de una de esas piezas que estaban duplicadas en su sistema y sacrificó a uno de los mediocentros. Villares perdió su plaza en el once y en su lugar encontró un hueco Noel para juntar por primera vez en la delantera esta temporada a la joven promesa de la cantera, a Quiles y a Miku.

William de Camargo intenta superar a un jugador del Valladolid B. | // CARLOS PARDELLAS

La apuesta del técnico era arriesgada porque se podía traducir en uno de esos partidos de ida y vuelta que el Deportivo trata de evitar. Borja, sin embargo, parecía tenerlo asumido y prefirió perder parte de ese control en el juego que se ha convertido en una de las señas de identidad de equipo este año.

Juergen y Álex, especialmente el colombiano, debían ser los encargados de evitar que el partido se volviese un correcalles, pero enseguida se pudo comprobar que el centro del campo iba a tener poca influencia ayer en Riazor. Una transición rápida a los dos minutos del filial del Valladolid puso en alerta al Deportivo, que en la siguiente jugada respondió con una llegada de William de Camargo. El juego directo y vertical asomaba por primera vez en un partido como local de los blanquiazules, a los que no se les podía haber puesto mejor el partido en el arranque.

Quiles adelantó al Deportivo a los seis minutos con un remate a placer después de un desajuste defensivo de los visitantes. Lo adivinó como nadie Miku con un servicio al segundo palo para la llegada de su compañero. Fue el delantero venezolano quien mejor interpretó el partido que se presentó después de ese primer tanto. Todo sucedió en las áreas porque el Valladolid prescindió del centro del campo y el Dépor fue incapaz de gobernar esa parcela. Lo intentó Juergen, pero el que dio más alternativas a sus compañeros fue Miku para que se desplegaran tanto Noel como Quiles.

El partido se volvió extraño, con el Deportivo encogido por momentos sobre su área y otros en los que colocaba a todos los jugadores en campo contrario. Eso no se tradujo en oportunidades porque apenas encontró maneras de que Héctor y Trilli abrieran caminos por los laterales. El canterano regresaba ayer al once en sustitución de Víctor García, incansable y capaz de aportar una profundidad que no tienen el joven de Ortigueira, pero el juvenil tiene otras virtudes. Es más hábil que su compañero y puede ser más útil en situaciones en las que el rival deja pocos espacios. Ayer alumbró una jugada en la que se deshizo de dos rivales partiendo en estático. Fue un buen recurso ante el juego plomizo que desplegaba por entonces el Dépor, pero Juergen no consiguió darle continuidad.

Volvió a estar fallón el colombiano, ayer en un papel todavía más protagonista del que tiene habitualmente. No le secundó Álex Bergantiños, desubicado hasta que el equipo consiguió ajustar mínimamente la presión, y el equipo se marchó al descanso con más sombras que luces.

Borja debió pensar lo mismo, así que retiró a Noel y colocó a Soriano para tener más presencia por dentro. No dio tiempo a comprobar si el cambio fue para bien, aunque se comenzaba a intuir que el Valladolid seguía creando mucho peligro con la velocidad de sus jugadores, porque en el 57 Quiles volvió a cazar un gol. Miku remató un centro de Héctor Hernández que su compañero desvió en boca de gol.

Respiró entonces el Deportivo, que todavía tenía reservado otro zarpazo más para terminar de confirmar la victoria. El segundo gol terminó de hundir al filial del Valladolid, que se vio dos tantos abajo por su debilidad defensiva. En el tercero de los blanquiazul volvería a quedar retratada esa endeblez.

El Deportivo sacó partido de un saque de esquina, desaprovechados de manera crónica toda la temporada, para finiquitar el partido. Mario Soriano culminó con un disparo de primeras en la frontal una jugada ensayada y confirmó la victoria blanquiazul después de dos empates consecutivos.

El Valladolid B dimitió por completo a partir de entonces y el partido apenas tuvo historia. Lo intentó el Deportivo en busca de algún tanto más con el que redondear el triunfo y pudo aprovechar algún contragolpe. Quiles estuvo a un palmo de firmar un triplete tras una cabalgada con la que consiguió plantarse dentro del área. Su disparo se estrelló en el palo.

El Deportivo desaceleró a partir de entonces, consciente de que había logrado un resultado que le permite seguir al mando de la clasificación una semana más con margen suficiente para visitar el domingo a la Cultural Leonesa. Será otra salida comprometida para los blanquiazules, en la línea de las que han afrontado en las últimas semanas, antes de cerrar el año y llegar al parón de las Navidades.