El desenlace de la primera vuelta estuvo a la altura del rendimiento del Deportivo hasta la fecha. No le falto de nada al triunfo sobre el DUX Internacional de Madrid en un partido muy exigente que remontó sobre la bocina con un gol espléndido de William de Camargo. Antes se había enredado, perdido por momentos en su juego, y soliviantado por las controvertidas decisiones arbitrales. Se sobrepuso a todo con una exhibición de carácter para cerrar con nota la primera vuelta.

El Deportivo tenía ante sí un campo minado, uno de esos terrenos ante los que enseguida tuerce el morro porque lo más probable es que se encuentre un partido incómodo, uno de los típicos de la categoría que ambiciona con abandonar lo antes posible. No es solo el césped sintético, sino la sensación de saberse en desventaja porque no hay duda de que el rival es el que está más acostumbrado a jugar en ese terreno. El condicionante existía de antemano, pero también dependía del Dépor que fuera más o menos influyente. Lo anticipó Borja Jiménez, que prefirió regresar a una versión más controladora de su equipo, plagada de nuevo de centrocampistas.

El técnico prescindió de las bandas y pobló la medular con Álex Bergantiños, Villares, Juergen y Mario Soriano por delante como enlace con Miku y Noel. Era una especie de rombo para garantizarse un dominio que sin embargo nunca terminó de llegar para los blanquiazules. Le costó de inicio al Dépor ante un rival que buscó explotar al máximo las condiciones que ofrece su campo, por más que su entrenador, el histórico exdeportivista Alfredo Santaelena proclame que les perjudica más que beneficia. El DUX apostó por las transiciones rápidas y el equipo de Borja no consiguió armarse a través de la pelota como tenía previsto. El Deportivo fue poco reconocible en ese primer tramo del encuentro, aunque dejó entrever que buscaría explotar desde los laterales con Héctor y Víctor unas bandas despobladas.

La primera oportunidad llegaría así, con un centro del lateral izquierdo que remataría de manera muy forzada Miku. Debía ser Mario Soriano el que apareciera entre líneas para habilitar los espacios y que aparecieran Miku y Noel, juntos en la delantera. Lo había hecho de maravilla ante el Talavera en ese papel de mediapunta el jugador formado en el Atlético y Borja Jiménez decidió ayer darle continuidad. Encontró menos espacios para asociarse, pero alumbró el primer tanto de los blanquiazules apareciendo por un costado. Fue una jugada muy parecida a la que estuvo a punto de firmar la jornada anterior en Riazor, pegado a la línea de fondo para sacar un centro hacia el área. Controló de maravilla Noel, pero su remate se coló en la portería con algo de fortuna después de que un rebote despistara a Yelco Ramos.

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El Deportivo remonta y le gana 2-3 a DUX

Al Deportivo se le presentó entonces el mejor escenario posible y se pudieron esfumar todos los temores, pero a partir de entonces se empequeñeció y emergió el DUX, que también demostró una gran habilidad para combinar. Lo facilitó en cierta medida el conjunto blanquiazul, que ganó muy pocos duelos y empezó a conceder demasiadas faltas en zonas peligrosas y numerosos saques de esquina.

La invitación no la desaprovechó el equipo madrileño, que empataría en un momento decisivo a través de un córner. Al filo del descanso, la defensa deportivista se despistó en una jugada ensayada que conectó Moyano de volea en el balcón del área. Villares se olvidó de esa marca y el DUX igualaba un partido al que el Dépor le había perdido la cara.

Lo que llegó después nada más arrancar la segunda parte fue un sainete en el que colaborarían el equipo arbitral y el propio Deportivo, que arruinaría un inicio muy prometedor. La consigna pareció cambiar, de manera que el equipo de Borja buscó mover más la pelota hasta conseguir descolocar al DUX. Daba otra sensación el conjunto blanquiazul por entonces, hasta que un balón a la espalda de Víctor García desembocó en el segundo tanto local con lío de por medio. El juez de línea levantó el banderín, pero enseguida rectificó. Ya era tarde, porque buena parte de la defensa deportivista se había frenado y desentendido de la jugada. Todos menos David Barral, que marcó a placer.

El error amenazó con sacar de quicio a los blanquiazules, pero emergió Juergen para darle algo de sentido al juego del equipo. Enseguida empataría Granero a la salida de un córner, pero tampoco a partir de ahí llegaría la calma. El partido se embarulló con el consentimiento del árbitro, que pasó por alto todos los golpes que recibieron Noel y Juergen, especialmente castigados por los jugadores del DUX durante el partido. A la extraña jugada del segundo gol madrileño y su permisividad con los locales se sumó en el tramo final una acción en la que se desentendería por partida doble. Primer obvió un derribo de Zambrano, que unos minutos antes había recibido una amarilla, sobre Juergen cuando el colombiano armaba la jugada e inmediatamente después descartó un penalti sobre William. Le echó un capote el brasileño, que negó que le hubieran derribado, quizá influenciado porque esa acción no sería determinante.

No lo fue porque el hábil extremo decidiría el partido al filo del último minuto con una acción en la que se perfilaría al borde del área para cruzar un disparo al que no llegó Yelco y que mantiene al Deportivo en cabeza de la clasificación con seis puntos de ventaja sobre el Racing de Santander. Fue el mejor broche posible a un partido exigente y a la primera vuelta del campeonato.