Ian Mackay no se entrenó ayer por segunda jornada consecutiva desde que en la sesión del miércoles sufriera un esquince en el tobillo derecho. La participación del portero en el partido de mañana contra la UD Sanse (12.00 horas) está en entredicho a la espera de lo que pueda suceder en el entrenamiento de esta mañana, el último de la plantilla antes de viajar a Madrid. El entrenador del Deportivo, Borja Jiménez, evitó ayer despejar la incógnita, pero aseguró que no se correrá ningún “riesgo”, al mismo tiempo que subrayaba su confianza en el guardameta suplente, Pablo Brea.

“Podríamos decir que igual tiene menos posibilidades que el resto, pero si no juega Ian (Mackay) lo hará Pablo (Brea). Iremos viendo. Faltan 48 horas, 24 para irnos, a ver cómo evoluciona. Lo que tenemos claro es que no vamos a correr ningún riesgo porque tenemos confianza en Pablo”, manifestó Borja Jiménez.

Las opciones de Mackay dependen de su participación en el entrenamiento de esta mañana. En el caso de que no pueda entrar en la convocatoria, sería el primer partido que se pierde el portero esta temporada. Es el único jugador de la plantilla que ha disputado todos los encuentros y le daría la alternativa a un Pablo Brea cuya participación se reduce al encuentro de Copa del Rey frente al UCAM Murcia. Ni siquiera pudo jugar la siguiente eliminatoria contra Osasuna en Riazor porque en aquel momento se encontraba al margen del equipo.

Mackay arrastra las consecuencias del esguince de tobillo que sufrió en el último tramo del entrenamiento del miércoles en la ciudad deportiva de Abegondo. El portero coruñés tuvo que retirarse cojeando y desde entonces no ha vuelto a ejercitarse con el resto de sus compañeros, pero Borja Jiménez aseguró ayer que la lesión no reviste gravedad. “No hay nada grave con Ian. Podemos estar tranquilos en ese aspecto”, garantizó.

La baja de Mackay sería especialmente sensible en el caso de confirmarse. El coruñés fue la apuesta principal y casi única para la portería, además de que representó un esfuerzo importante para el club, que prefirió promocionar a un portero de la cantera como suplente tras desprenderse de Carlos Abad y Lucho García.

El Deportivo afronta con la incógnita de Mackay una visita especialmente incómoda, ante un rival que destaca como local. “Nos va a costar porque además ahora los rivales se agarran más al punto con el que inicias los partidos. Cada vez acumulan más gente en la última línea, buscan más situaciones de sólo defender y transitar. Y ellos tienen velocidad por fuera, capacidad para sacar centros, grandes rematadores...”, resumió ayer Borja Jiménez. El técnico, sin embargo, destacó que la irregular trayectoria reciente del equipo no ha generado “dudas”. “Yo no tuve ninguna duda. Y los jugadores tampoco. Pueden tener dudas de su juego, pero no de algo colectivo”, señaló el técnico blanquiazul.

“Claro que el campo condiciona; es diferente, pero no servirá de excusa”

Borja Jiménez también se detuvo ayer en las circunstancias que deberá afrontar el Deportivo en su visita a la UD Sanse, en especial por el césped artificial del campo de Matapiñonera. El entrenador blanquiazul reconoció que será un condicionante para el equipo, pero al mismo tiempo recordó los antecedentes en esa superficie. “Claro que condiciona, pero ya lo hablamos antes de DUX o Unionistas. El campo tiene buenas dimensiones. No es el césped de Riazor, claro, pero recuerdo céspedes naturales este año, como Tudela o Real Unión... son campos irregulares también”, reflexionó Borja Jiménez. El técnico del Deportivo subrayó que el césped artificial no debería funcionar como pretexto antes de disputar el encuentro frente al Sanse. “Es diferente, pero no servirá de excusa. Las sensaciones que tenemos de la última vez que jugamos en sintético fueron buenas. Ojalá se repita. El equipo estuvo muy bien con balón en Villaviciosa, sin renunciar a lo que hacemos”, recordó sobre la victoria de hace unas semanas en el campo del DUX Internacional de Madrid.