El Dépor y la Cultural Leonesa, por su cercanía, parecían predestinados a encontrarse de manera habitual en casi un siglo de coexistencia, pero realmente este sábado será la séptima vez que el equipo del Reino de León visite Riazor. La mayoría de los duelos se concentraron en los 50 y 60 y el último es de esa primera temporada del Dépor en Segunda B, la 80-81. Pero los nexos entre ambas entidades van más allá de sus enfrentamientos directos, ya que uno de los mejores centrales coruñés de la historia, Enrique Ponte (A Coruña, 1925-2010), fue fijo en la Cultural que subió a Primera en 1955 y que jugó su único ejercicio en la élite al año siguiente.

Aún hoy en día hay fotos en bares del barrio Húmedo de León de aquel grupo en el que el coruñés fue puntual y en el que se asentó hasta 1958, cuando empezó a volver a A Coruña con escala en Ferrol. Fue su cuarta y última temporada fuera de Galicia en el equipo en el que más tiempo pasó, además del Dépor, que lo disfrutó once años en dos etapas. En la primera fue uno de los sostenes y nombres destacados del Dépor de Scopelli y del equipo de la Orquesta Canaro.

En León no fue de la partida en el que famoso partido del ascenso ante el Avilés (3-2), en el que el vigués Chas les acabó dando el pasaporte a Primera en el minuto 80 y tras remontar un 1-2 en el último cuarto de hora. Eso sí, disputó 27 de los 30 partidos de aquel campeonato. Al año siguiente, en Primera División, la Cultural contó con más coruñeses como Calvo, Barbeito o Rogelio, natural de Ares.

Los lazos se prolongaron en el tiempo con cierto trasvase y el otro coruñés que sobresale en la historia de los leoneses es Rubén de la Barrera, que años más tarde también sería entrenador del Dépor. El técnico del Albacete llevó a la Cultural en 2017 por primera vez a Segunda en 42 años. Al año siguiente, en el que volvieron a Segunda B, dirigió al equipo. Se acabó yendo, hoy siguen venerándolo en León.