Laura Fernández (Medina de Rioseco, Valladolid, 1992) afronta con optimismo el tramo final de la temporada y convencida de que el ascenso es más que posible para el Deportivo Abanca, sacudido en las últimas semanas por el expediente que el club abrió a Miguel Llorente. Apartado de su puesto, el técnico se ha reincorporado a sus funciones y el sábado en la ciudad deportiva de Abegondo (12.00 horas) contra el Pradejón regresará al banquillo en un duelo decisivo por la primera plaza.

¿Cómo están después de estas semanas?

Bastante bien, con muchas ganas de afrontar el partido del sábado y de dar nuestra versión. Estamos seguras de que vamos a hacer un buen partido y con muy buenas sensaciones.

¿Cómo vivieron todo lo que sucedió con Miguel Llorente?

Preferimos dejarlo un poco al lado y centrarnos en el objetivo del ascenso. Para nosotras quedan siete finales para dar nuestra mejor versión.

Desde fuera llamó mucho la atención, ¿qué importancia le dieron dentro?

Es parte del pasado, aunque es verdad que han sido semanas en las que no se sabía muy bien lo que iba a pasar. Al final se ha resuelto todo y queremos centrarnos en los que nos toca a nosotras.

¿Intentan ya dejarlo atrás de manera definitiva?

Eso es. Nos centramos en el día a día, en cada entrenamiento para que los resultados el fin de semana sean buenos.

Ganaron al líder y cayeron la semana pasada contra el Athletic B en esta etapa de turbulencias...

Cada partido es un mundo y cada rival, sobre todo ahora al final de la competición, se juega mucho. Todo está muy apretado, pero seguimos dependiendo de nosotras a pesar de que estamos a cuatro puntos del liderato. Quedan 21 y vamos a luchar para intentar alcanzar el ascenso.

¿Sigue siendo el objetivo irrenunciable?

Sin duda. Todas salimos de nuestra casa, de nuestra zona de confort y estamos lejos de nuestra familia para hacer una buena temporada y conseguir el objetivo del club.

El ascenso directo está cerca pero también la zona que marca el ‘play off’ por la permanencia, ¿cómo conviven con ello?

Es una liga súper competitiva. Lo sabíamos desde el principio, pero está todo muy ajustado. Puede pasar de todo, porque son 21 puntos. Todos los equipos se juegan algo, subir, bajar una categoría o incluso dos... Por eso creo que puede pasar cualquier cosa.

¿Se esperaba esta igualdad?

Hay muchas sorpresas. Un fin de semana piensas que un rival va a ganar seguro y de repente aparecen los de abajo. Todo se pone muy difícil este año porque cada uno estamos luchando por un objetivo. La liga está súper bonita y yo no recuerdo en todos los años que llevo jugando al fútbol, que son 24, algo así tan ajustado.

¿A qué cree que se debe esa competitividad?

Cada año el crecimiento del fútbol femenino es una pasada. Se está trabajando muy bien desde la base y cada vez las jugadoras están mejor formadas. La calidad técnica ha mejorado, la táctica también, la preparación física... Eso es un salto de calidad, pero también es clave fomentar la visibilidad para que las niñas se animen. Cuando empezamos éramos muy poquitas, pero ahora hay un camino súper bonito que hay que disfrutar. Las ligas van a mejorar, tanto la Primera División como la Segunda con la reestructuración que va a haber.

Ha jugado en equipos importantes, también muchas temporadas en Primera División y ha ganado títulos, ¿se imaginaba esta evolución?

No me imaginaba esto para nada. Yo recuerdo los primeros años del Atlético, que fue el boom y se empezaron a abrir estadios y a televisar los partidos. Eso nos ayudó muchísimo porque si algo no se puede ver no puede crecer. Todo eso ayuda muchísimo para que cada vez tengamos las mejores condiciones, que nos lo merecemos.

Usted antes de decidirse por el fútbol 11 probó con el fútbol sala...

Estuve dos años. De todo intento sacar el máximo aprendizaje, pero me gusta mucho más el fútbol. El fútbol sala te aporta otras cosas porque las posiciones son totalmente diferentes. Todo es muy dinámico y muy técnico. El juego es rápido y los pases tienen que ser más precisos. Trabajar de esa manera la técnica ayuda a crecer.

En el vestuario se mezclan jugadoras con experiencia acumulada en el fútbol y otras que están iniciando su carrera, pero parece que muchas buscaban empezar de nuevo en el Dépor Abanca...

Es verdad. Muchas venimos de un año complicado. En esta temporada estamos todas muy centradas en lo que queremos, en que sea muy bonito. Creo que lo vamos a conseguir.

¿Por qué se decidió por el Deportivo tras una trayectoria en la que ha ganó dos ligas con el Atlético de Madrid?

Yo venía con las expectativas muy altas porque tengo amigas como Noelia Villegas y Ainoa Campo que estuvieron aquí anteriormente y que me hablaron muy bien del club. Todo eso lo he podido comprobar este año. El club apuesta muchísimo por el equipo y eso es clave para que queramos estar aquí y también para que el rendimiento sea mejor.

En su caso las lesiones han marcado un poco su temporada, ¿le han trastocado los planes?

Las lesiones en cualquier momento son malas. Son algo que no se puede controlar. Tuve un par de problemas musculares y un esguince, pero lo he llevado bien a nivel personal. Al principio no pude tener regularidad, pero cada vez me encuentro mejor.

A pesar de los contratiempos ha logrado ser protagonista con goles y un papel decisivo incluso saliendo desde el banquillo...

A todas las jugadoras nos gustaría tener regularidad. Esta temporada la he tenido, pero no la que me hubiera gustado. Yo tengo muchas ganas de aportar, tanto dentro del campo como fuera. Mi meta es dar el mejor rendimiento y conseguir el objetivo porque estoy encantada en este club y quiero que las cosas nos salgan bien.

Firmó por un año, pero por lo que dice imagino que les gustaría seguir en el Deportivo...

Sí, por supuesto. Estoy muy contenta en este club, con toda la gente y con el proyecto que hay. Creo que es un proyecto muy potente y en el que realmente se apuesta por el equipo femenino. Por mi parte no hay dudas, estoy muy feliz aquí.