Antoñito ha pasado en un mes de estar en el paro a jugar 90 minutos con el Dépor y ejercer de ajuste táctico revitalizador del juego coruñés. El sevillano afrontó el pasado sábado por primera vez un partido entero con la camiseta blanquiazul y no nota secuelas por el esfuerzo tras la inactividad. “Me sentí bien, con energía, sin molestias de la pequeña sobrecarga que tuve”, avanza, a pesar de las circunstancias inherentes al propio partido.

El lateral visitará Valladolid, la ciudad en la que fue futbolista de Primera, y para él siempre es “especial”, pero con los objetivos más que claros. “Es importante acabar los últimos partidos con buenas sensaciones y cero derrotas. Es algo que da confianza. Los mejor serían los tres puntos, aunque lo importante es asegurar la segunda plaza, vamos con esa mentalidad. Un partido para ganar y los amigos se quedan en los bares”, apunta entre risas.