Transcurrieron ya 40 años y un mes. Y no fue una condena, más bien todo lo contrario, fue un día histórico el que vivieron 19 futbolistas coruñeses y también el fútbol de la ciudad. Aquel 10 de junio de 1982 unos chavales que se limitaban a disfrutar del fútbol en la competición local de modestos se enfrentaron a toda una selección, Camerún, que estaba a punto de debutar en el Mundial de España, en el que A Coruña era sede, tal como pretende repetir en el Mundial de 2030. Un amistoso en Elviña entre una selección coruñesa y una selección mundialista. Todo un acontecimiento tanto para los que lo disfrutaron sobre el campo, como para los que fueron meros espectadores. Ganó Camerún (6-1), pero el resultado fue lo de menos.
La selección africana eligió A Coruña como centro para su concentración. Participaba por primera vez en su historia en un Campeonato del Mundo y le correspondió integrarse en el grupo 1 junto a Italia—que saldría campeón—, Polonia y Perú. Tenía que disputar dos partidos en Riazor y uno en Balaídos. El 15 de junio de 1982 Camerún y Perú estrenaron el renovado estadio coruñés en el que fue el segundo partido del grupo; el día anterior Italia y Polonia habían empatado sin goles en Balaídos.
En los días previos, los cameruneses se habían estado ejercitando en diversos campos de la comarca coruñesa, pero querían disputar al menos un partido antes de debutar en la competición oficial y el rival fue una selección formada por futbolistas que militaban en los clubes modestos de A Coruña. “Ninguno sabe el motivo por el que la selección coruñesa fuese el sparring de los cameruneses; quizá porque con el Deportivo no podían ya que en esa época estaría de vacaciones”. Es la explicación que encuentran cinco de los integrantes de aquella selección, que se volvieron a reunir hace unos días para rememorar aquel partido.
Alfonso Cea, autor del gol coruñés; Javier Mosquera, Oregui; José Antonio Cruz, Chicho; Marcelino Blanco; y Álvaro Rodríguez son cinco de los 19 futbolistas que convocó Moncho Lamelo para aquel encuentro. Cuarenta años después volvieron a juntarse. Quieren convocar a todos los participantes en aquel encuentro y celebrar el aniversario, “aunque la fecha exacta de los 40 años ya haya pasado”. Son todos jugadores del fútbol modesto, aunque varios de los integrantes de aquella selección pasaron por el Fabril; e incluso Oregui y Chicho se llegaron a estrenar con el primer equipo del Deportivo. “En aquella época nos conocíamos todos de enfrentarnos en numerosos partidos, pero el hecho de juntarnos para jugar contra una selección mundialista era toda una novedad”, explica Marcelino. Opinión compartida por los compañeros presentes.
“Nos conocíamos todos y con algunos mantenías más relación que con otros, pero no existía esa amistad que sí había con jugadores que estaban en tu mismo equipo”, comenta Oregui, el portero y el más veterano de los cinco y el que más experiencia debido a su paso por el Fabril, el Lugo y el Deportivo. En el filial y en el primer equipo deportivista había coincidido con Chicho, central poderoso y con buena pegada de balón. “Esa relación era mayor con los que veías a lo largo de la semana, en los entrenamientos, que es lo lógico; incluso con muchos sigo teniendo contacto”, añade Chicho, que compartió equipo, el Español, con Cea y con Álvaro, que son los que sacaron adelante la iniciativa de volver a reunirse todos 40 años después.
En aquel momento había muy buenos equipos en A Coruña, con muy buen ambiente en Elviña en muchos de los partidos, sobre todo en la Copa de A Coruña, pero lo de ese día contra Camerún fue increíble; había más de cinco mil personas en las gradas
Transcurrió mucho tiempo y los recuerdos y las sensaciones son “completamente diferentes”, coinciden todos. “En aquel momento te ibas a enfrentar a un equipo mundialista, pero que era un verdadero desconocido para todos nosotros y te hacía una ilusión tremenda; pero ahora, con el paso del tiempo es cuando te das cuenta de que vivimos un momento histórico”. Fue Marcelino el que primero hizo esta valoración, que todos sus compañeros ratificaron. “Es algo inolvidable, que valoras mucho más según van pasando los años”, añade Álvaro.
“En aquel momento había muy buenos equipos en A Coruña, con muy buen ambiente en Elviña en muchos de los partidos, sobre todo en la Copa de A Coruña, pero lo de ese día contra Camerún fue increíble; había más de cinco mil personas en las gradas”, rememora Cea. Sólo Oregui y Chicho, en su época como deportivistas habían jugado ante tantos espectadores. Y enfrente una selección mundialista, pero totalmente desconocida. “No conocíamos a nadie y no teníamos ni idea de lo que nos esperaba”, explican. “El entrenador, Lamelo, nos había pedido que no diésemos patadas y que jugásemos limpio para evitar que se lesionasen, ya que el Mundial empezaba a los pocos días”, dice Cea. “Sí pero en el descanso, Tino, —central del Victoria—, estaba enfadado porque a él le estaban dando y bien. Y dijo que como siguieran así él también iba a empezar a repartir”, recuerda Chicho. Anécdota de la que sus compañeros ya ni se acordaban.
“A mí me dio la impresión de que en la segunda parte salieron otros futbolistas distintos. Eran muy fuertes y manejaban bien el balón”, dice Álvaro. “Empezamos ganando con un gol de Cea, pero después ya nos remontaron”, añade. “Fue un remate tras un rechace de un córner”, recuerda el goleador, un centrocampista con buena llegada. “El seleccionador de Camerún, que era un francés (Jean Vincent), había pedido muchos zurdos en nuestra selección, eso lo recuerdo bien”, comenta Cea. “Y en el equipo titular solo éramos dos”, matiza Álvaro.
Recuerdos y anécdotas de cinco camaradas, entonces futbolistas aficionados y rivales, que intentan encontrar a todos los demás que fueron compañeros por un día y vivieron una fecha histórica hace cuarenta años y un mes. “Fue un momento inolvidable, por lo menos para nosotros”. Fue un día para el fútbol modesto, que estuvo representado por 19 futbolistas en una selección que tuvo la osadía de empezar con ventaja en el marcador, pero que “se debieron de enfadar porque al final nos metieron seis”, recuerdan los protagonistas. Todos ellos están alejados ya del mundo del fútbol. Casi todos, porque Marcelino sigue pendiente de su Oza Juvenil, aunque ahora lo hace desde los despachos como presidente. La próxima semana es la cita para el reencuentro, aunque con alguna ausencia.
