El Deportivo cayó ayer ante el Castilla en la tanda de penaltis en un amistoso entretenido, de dominio compartido, pero en el que acabó algo cansado después de fallar las mejores oportunidades en la primera parte. Los blanquiazules fueron perdiendo ritmo tras una semana en la que ya había disputado otro compromiso y plena de entrenamientos.

El Dépor se acabaría estrellando una y otra vez contra la inspiración de Cañizares, que se fue agigantando en cada oportunidad al mismo tiempo que se empequeñecían los delanteros blanquiazules. El primer gol se lo negó a Víctor Narro en los minutos iniciales y después haría lo mismo en un carrusel de oportunidades, a cada cual más clara, ante Quiles y Mella.

Deportivo - Castilla

El equipo retomó esa versión de pretemporada que el miércoles quedó un tanto difuminada contra la Ponferradina. Borja Jiménez intentó probar todo cuanto pudiese frente a un conjunto con el que se encontrará en cuanto arranque la competición dentro de tres semanas. Si en Vilalba colocó a sus teóricos titulares ante un rival que milita en una categoría superior, ayer en Viveiro el once ya fue menos reconocible.

Álex formó como pareja de Lapeña en el centro de la defensa en una posición que le podría ser no demasiado ajena este curso, Mella tuvo una oportunidad por la izquierda y Quiles ocupó la delantera en solitario.

Eso se tradujo en un juego más directo de los deportivistas, que buscó combinar los lanzamientos en largo con una velocidad como la que le imprimió el miércoles contra la Ponferradina. Le faltó la precisión del miércoles, en parte porque Quiles se desplazó desde su posición habitual en la derecha y hubo un jugador menos con el que asociarse, y en parte porque Víctor Narro parece menos dañino a pierna cambiada. Aún así, el conjunto deportivista tuvo las mejores oportunidades en una primera mitad en la que el dominio estuvo repartido entre los dos equipos. Amenazó el Castilla por momentos, pero lo hizo especialmente el Deportivo en cuanto pudo acelerar y encontrar a Mario Soriano en el último tercio del campo. La apariencia es que, cuanto más pueda ver el juego de cara el joven centrocampista, más opciones tendrá de ayudar al equipo. Lo demostró ayer en un partido con alternativas, típicos de estos bolos veraniegos y en el que el recién incorporado Rubén Díez tuvo sus primeros minutos.

Lo raro, por infrecuente a estas alturas de la pretemporada, es lo que ocurrió en Vilalba, no lo que sucedió ayer en Viveiro. Perdonó el equipo de Borja Jiménez antes del descanso y en la segunda parte el panorama cambió.

Siguió sin haber un dominador claro, pero fue el Castilla el que comenzó a inclinar el campo a su favor gracias al empuje de Peter Federico y Arribas, quizás dos de esos futbolistas con los que el Deportivo no se encontrará durante la temporada porque parecen un peldaño superior. Sí lo hará con el exdeportivista Noel López, que ayer se reencontró con los que fueron sus compañeros y no falló desde el punto de penalti.

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