La Opinión de A Coruña

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El año que reinició a Ibai Gómez

Doce meses de familia, viajes, entrenamientos y desconexión en los que recuperó el “mono por el fútbol” | Valoró jugar en el Santutxu | El Sporting le quiso | Una charla con Borja terminó de convencerle

Ibai Gómez celebra con su paisano Gorka Santamaría un triunfo en uno de los partidillos de futvoley de Abegondo. | // RCD

Estaba hace un año Ibai Gómez (Bilbao, 1989) cruzando la puerta de Ibaigane, la sede del Athletic, con la carta de libertad bajo el brazo y el móvil de su agente ya hervía. Eran equipos que lo querían, que lo tanteaban... No le daban un respiro y era justo lo que él necesitaba. Lo paró todo. Hasta que estuviese listo, hasta que no hubiese recuperado la ilusión por una pasión que ha copado su vida no iba a comprometerse con nadie. Era el mes de julio, quedaba más de un mes para que se cerrase el mercado de verano de 2021. No hubo manera de hacerle recapacitar. Sus allegados ya sabían que iba a ser casi imposible, porque “es especial”, porque “hace lo que le pide el corazón” . De ídolo en Vitoria a sentirse impotente en su casa. Le dejó tocado, precisaba de un tiempo para reiniciarse, para resetearse. Algo menos de doce meses de familia, viajes, entrenamientos y alguna aventura corta que le han hecho recuperar el “mono por el fútbol” y elegir al Deportivo para retomar su carrera.

El vasco, durante una sesión en solitario. // @IBAIGOMEZ

Su siguiente parada es A Coruña, donde desea volver a sentirse como aquel Ibai importante de Vitoria, donde cree que tiene mucho que aportar. Y no solo fútbol, también “vivencias”, “amor “por una profesión, que le ha llevado a tener el nivel tres de técnico y a entrenar durante 13 años a niños. Quería, además, vivir una ciudad futbolera y luchar por ganar partidos, por devolver a un histórico a su lugar, que es la Primera División. El revuelo, el cariño y hasta la sorpresa de algunos aficionados en las horas posteriores a su fichaje le han reafirmado en su decisión. Hasta ahora no había jugado prácticamente nunca fuera de Euskadi y el carácter vasco y el hecho de tener que mover a una familia también habían pesado para afinar la elección, para posponer la vuelta. Ya solo queda integrarse en el equipo, aunque unas molestias se interponen de momento.

Estas semanas ha empezado a recuperar las rutinas de vestuario. Hizo alguna sesión con equipos de su tierra, incluso en unas vacaciones compartió césped con el Andorra. Aun así, él mismo y sus entrenadores personales han sido sus compañeros en los últimos meses. Ya cuando jugaba en el Alavés o en el Athletic solía hacer por las tardes una segunda sesión por su cuenta, con lo que en este tiempo solo ha tenido que persistir y ampliar el tiempo dedicado a esa buena costumbre. Le faltan muchos detalles para ser el Ibai que era, pero el fondo físico no es uno de ellos, porque en Irán, cuando fichó hace unos meses por el Foolad Khouzestan, alucinaban con los resultados de los test en su reconocimiento médico. La alimentación siempre ha estado también entre sus prioridades e incluso ha querido llevar más allá esa forma de ver la vida con Naked & Sated, cadena de restaurantes que ofrecen comida sin gluten, una aventura empresarial que ha emprendido, entre otros, junto a Marcos Llorente.

Extranjero y casa

Pasaron los meses desde aquel julio de 2021 en el que paró todo. Los equipos no dejaban de llamar a su puerta. Tampoco iba a sumarse al primer proyecto que le reclamase. Ya como jugador del Alavés y del Athletic había podido marcharse a Inglaterra, a Portugal, también al Espanyol. Lo desechó. El pasado mercado de invierno estuvo muy cerca de irse al extranjero. Le motivaba, le convencía, hasta hizo una vídeollamada con el que iba a ser su futuro técnico. Pasaron los días, no terminó de verlo claro y prefirió esperar. Las ganas de volver a jugar iban in crescendo y valoró calzarse las botas para disputar los últimos meses en el Sestao, incluso en el Santutxu, club de un barrio de Bilbao del que salió y que tiene a su padre Miguel Ángel, Mitxelo, como presidente. Tuvieron que frenarlo. Llegó, finalmente, la oportunidad de Irán, donde le tiraba jugar la Champions de Asia. Este mismo verano fue el Sporting quien pensó en él. Ya ha rondado varias veces el reencuentro con Abelardo. El cambio de propiedad y la nueva dirección deportiva asturiana enfriaron el interés.

Videollamada decisiva

Hasta que se cruzó el Dépor en su camino... Era bajar dos categorías, era regresar a un sitio especial, aunque en Primera RFEF. La receptividad estuvo presente desde el primer contacto. Meses después, mantuvo una vez más una costumbre que Ibai ha adoptado en los últimos tiempos. Antes de dar el sí a un club quiere hablar con el entrenador, desea saber qué planes tiene para él, qué le transmite. Hubo “buen feeling” con Borja. Esa charla terminó de convencerle para hacer las maletas, para coger la A8 y plantarse en A Coruña. La idea es que vuelva aquel capitán invisible de Vitoria, que el Deportivo empiece a escalar hacia la cima.

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